viernes, 11 de febrero de 2022

«La Jornada Mundial del Enfermo»... Un pequeño pensamiento para hoy


La Jornada Mundial del Enfermo se celebra todos los años el 11 de febrero y fue instituida el 13 de mayo de 1992 por San Juan Pablo II. La celebración anual de la «Jornada Mundial del Enfermo» tiene por objetivo sensibilizar al pueblo de Dios y, por consiguiente, a las varias instituciones sanitarias católicas y a la misma sociedad civil, ante la necesidad de asegurar la mejor asistencia posible a los enfermos para ayudar al enfermo a valorar, en el plano humano y sobre todo en el sobrenatural, el sufrimiento, haciendo que se comprometan en la pastoral sanitaria de manera especial las diócesis, las comunidades cristianas y las familias religiosas favoreciendo el compromiso cada vez más valioso del voluntariado, recordando la importancia de la formación espiritual y moral de los agentes sanitarios y haciendo que los sacerdotes diocesanos y regulares, así como cuantos viven y trabajan junto a los que sufren, comprendan mejor la importancia de la asistencia religiosa a los enfermos.

Este, como cada año, el Papa ha hecho un mensaje para conmemorar la celebración. Ahora se cumplen 30 años de la jornada y el mensaje para este año tiene por título «”Sean misericordiosos así como el Padre de ustedes es misericordioso” (Lc 6,36). Estar al lado de los que sufren en un camino de caridad». El tema elegido para esta trigésima Jornada —dice el Papa Francisco— «nos hace volver la mirada hacia Dios “rico en misericordia” (Ef 2,4), que siempre mira a sus hijos con amor de padre, incluso cuando estos se alejan de Él. De hecho, la misericordia es el nombre de Dios por excelencia, que manifiesta su naturaleza, no como un sentimiento ocasional, sino como fuerza presente en todo lo que Él realiza. Es fuerza y ternura a la vez. Por eso, podemos afirmar con asombro y gratitud que la misericordia de Dios tiene en sí misma tanto la dimensión de la paternidad como la de la maternidad (cf. Is 49,15), porque Él nos cuida con la fuerza de un padre y con la ternura de una madre, siempre dispuesto a darnos nueva vida en el Espíritu Santo».

En su mensaje —que se puede buscar en Internet—, el Papa alienta a que esta Jornada Mundial del Enfermo «pueda ayudarnos a crecer en el servicio y en la cercanía a las personas enfermas y a sus familias». Así, este es un buen día para que, bajo la mirada amorosa de Nuestra Señora de Lourdes a quien la Iglesia celebra en este día, pidamos por todos los enfermos y pensemos en los que tenemos más cercanos para llamarles o mandarles un mensaje de WhatsApp alentándolos a seguir abrazando la Cruz de Cristo y recordarles que el Padre Misericordioso les acompaña en su sufrimiento, porque si ese sufrimiento va unido al de Cristo, se hace participación en la obra de la salvación de Jesucristo, llega a ser medio de salvación, puede traer beneficios morales y espirituales al enfermo, a quienes le acompañan y a la humanidad. Recemos pues a Nuestra Señora de Lourdes, la Virgen María, «Salud de los enfermos», para que toda persona en la enfermedad pueda experimentar, gracias a la atención de quien le está cerca, la potencia de la misericordia de Dios y la consolación de su ternura materna. ¡Bendecido viernes!

Padre Alfredo.

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