domingo, 6 de febrero de 2022

«Responder al llamado desde nuestra condición»... Un pequeño pensamiento para hoy


Encontrarse con las lecturas de Misa, un día antes de la celebración para reflexionar un poco y preparar el corazón para el encuentro con el Señor en el día siguiente es algo que hace bien a todos y en realidad es un placer. En la lectura de la Escritura uno encuentra infinidad de temas que se pueden tratar de corazón a corazón con el Señor y que llenan la vida, la enriquecen, la cuestionan, la alientan, la reprenden en algunas ocasiones y la llevan a metas más altas en la búsqueda de la santidad siempre. Yo suelo encontrarme con la liturgia del día desde la tarde anterior, por eso publico mi «pequeño pensamiento» desde la tarde anterior. Ha habido años en que he hablado de los salmos, de los santos, que he comentado el Evangelio o alguna de las lecturas, pero este año no he elegido nada en especial y trato de dejarme llevar por el Espíritu al ver las lecturas.

Para este domingo, por ejemplo, me he enganchado más con la segunda lectura (1 Cor 15,1-11) en la que san Pablo, con una gran sencillez y una magnifica profundidad a la vez, nos cuenta de su llamado y de cómo Cristo se le apareció para transformar por completo su vida y hacerlo pasar de perseguidor de Cristo a perseguido por Cristo. San Pablo se sabe indigno, «soy como un aborto» dice; una expresión bastante fuerte. Sabe que la gracia para responder se la ha dado el mismo Señor con su gracia y que es por eso que puede predicar la Buena Nueva.

A la luz de esta confesión que san Pablo realiza este domingo yo creo que cada uno de nosotros podemos preguntarnos: ¿Qué significa para mí el haber sido elegido por Cristo para seguirle? Porque eso sí es seguro: todos somos seguidores de Cristo desde nuestro bautismo. Pero hay algo más qué cuestionarse: ¿Cómo me he hecho consciente del seguimiento de Cristo? Los bautizados creemos que estamos llamados a vivir una vida santa de servicio y testimonio para la gloria de Dios y el bienestar de todos. A través de las páginas de la Biblia, hay un llamado consistente para que un discípulo de Jesús busque y se esfuerce hacia la vida santa y le siga. Hoy el Evangelio nos pone el seguimiento de Pedro y los primeros discípulos (Lc 5,1-11) y Pedro se define como un pecador. Pero tanto Pedro como Pablo, como tú y como yo, estamos llamados a vivir una vida de seguimiento para cultivar su gracia. Que María Santísima interceda por nosotros. A ella la llamamos la «llena de gracia». Ella es pura y puede ayudarnos a purificar el corazón para seguir a Jesús en santidad. ¡Bendecido domingo!

Padre Alfredo.

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