jueves, 9 de diciembre de 2021

«Tres Juanes»... Un pequeño pensamiento para hoy


Al ver las lecturas de la Misa de este día y al estar pidiendo luz al Espíritu Santo para ponerme a escribir, sacando de aquí y de allá, del corazón y de la mente, de la vida y del orar, me vino el pensar en tres Juanes. Juan el Bautista, que aparece como protagonista del Evangelio de hoy (Mt 11,11-15), Juan Diego, el santo mexicano a quien celebramos hoy y que es célebre, además de su vida santa porque a él se le apareció la santísima Virgen de Guadalupe y mi padrino monseñor Juan José Hinojosa Vela que hoy celebraba su cumpleaños. Al pensar en estos tres Juanes veo que nuestro ser y quehacer es siempre diverso y está marcado por la misión que Dios nos ha encomendado. Si el tiempo de Adviento es un tiempo de vigilancia y de esfuerzo, lo es también de amor, de un grande amor a Dios y a los hermanos conforme a la misión y la tarea que a cada uno nos ha dado.

Al pensar en estos tres Juanes recuerdo que este tiempo de Adviento nos da la posibilidad de pensar en la encomienda que Dios nos ha confiado y en que volverá un día para pedirnos cuentas de lo que nos ha dado para transformarlo en amor a Dios y a los hermanos. Bien dice otro Juan, San Juan de la Cruz: «Al atardecer de nuestras vidas seremos juzgados en el amor». ¡Cuánto amaron estos tres Juanes a Dios y a los hermanos! San Juan Bautista fue el precursor del Señor y con amor entrañable lo dejó todo, se fue al desierto a prepararse para anunciar luego la llegada del Amor de los amores. San Juan Diego vivió sumergido en el amor de Dios y con sencillez transmitió al obispo fray Juan de Zumárraga —otro Juan— el mensaje guadalupano con fidelidad. Por último, monseñor Juan José Hinojosa, un santo sacerdote —sin que con ello quiera adelantarme al juicio de la Iglesia— vivió en plenitud el amor a Dios y a los hermanos con una caridad sin límites amando a todos con sencillez y alegría, pues recuerdo en estas fechas su generosidad para con mucha gente necesitada que acudía a él en aquellos tiempos de seminario, cuando él era director espiritual.

Yo creo que el ejemplo de estos tres Juanes nos viene bien para seguir avanzando en nuestro camino del Adviento. Hablando de Juan el Bautista dice San Ambrosio que «la fuerza de Juan va delante de nosotros cuando nos disponemos a creer en Cristo» (San Ambrosio , a Lc 1, 17); y podemos añadir, cuando nos disponemos, llenos de fe, a celebrar en la liturgia la venida de Cristo la figura de san Juan Diego, que con sencillez y disponibilidad cumple la voluntad de Dios manifestada a través del encargo de su Madre santísima. Y cuando vemos figuras de sacerdotes entregados que dejan huella, como monseñor Juan José Hinojosa, nuestras almas se asemejan a la figura espiritual del Precursor y de san Juan Diego; se convierten en heraldos de Cristo y sentimos necesidad de anunciar lo que vemos, lo que el señor, a través de su Madre santísima, ha hecho en nosotros. Se desvanecen las sombras del pecado y de la gravedad del juicio surge la alegría de sentir a Dios cerca: «Dios viene visiblemente» (Sal 49, 3) en el ejemplo de nuestros hermanos. ¡Bendecido jueves sacerdotal y eucarístico!

Padre Alfredo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario