sábado, 14 de junio de 2025

«CAMPEONES, PERO SOBRE TODO ARTESANOS DE ESPERANZA»... Un pequeño pensamiento para hoy


Este fin de semana, Roma se convierte en el escenario de una gran fiesta deportiva con motivo del Jubileo del Deporte, el vigésimo gran evento del Año Santo 2025. Miles de atletas, tanto profesionales como amateurs, junto con entrenadores, dirigentes de asociaciones deportivas y familias enteras, llegarán desde los cinco continentes para participar en esta cita especial. Ya sé que están pensando que me gustaría estar allí, pues conocen mi pasión por el deporte. Aunque debido a varias circunstancias ajenas a mí, ya no comparta fotografías que les alienten a entrenar, sí les dejo muchos pensamientos y frases que les ayuden a entrenar con ganas. La famosa Plaza del Popolo se ha transformado en un animado «Pueblo del Deporte» con la «Fiesta del Deporte», en donde niños, jóvenes y adultos de todas edades y colores, goza de la posibilidad de probar diferentes disciplinas deportivas, ver demostraciones en vivo y conocer más sobre el mundo del deporte. De allí, esta tarde, se realizará un peregrinaje hacia la Puerta Santa en la Basílica de San Pedro, recorriendo algunas calles del centro de Roma: Via del Corso, Via Tomacelli, Ponte Cavour, Piazza dei Tribunali, Piazza Pia y Via della Conciliazione. Mañana a las 10:00 de la mañana el papa León XIV presidirá la Misa solemne en la Basílica de San Pedro.

Yo creo que todo deportista cristiano debe ser teológico, porque cuanto más comprende un atleta la grandeza de Dios, es menos probable que camine buscando su propia gloria, aunque en el caso de los sacerdote, se nos critique o se nos juzgue a veces sin comprender esto. En la Sagrada Escritura observamos que es valioso ponernos a prueba, examinarnos y considerar nuestros caminos, incluyendo nuestro corazón y por supuesto, la forma en que practicamos los deportes (2 Co 13,5; 1 Co 11,28; Sal 119,59). La primera lectura de hoy (2 Co 5,14-21) inicia afirmando: «El amor de Cristo nos apremia»... De entrada, al ver estas palabras y en medio del gozo de este jubileo me pregunté: ¿Cómo haría San Pablo para mantenerse en forma y poder responder al reto de evangelizar? El «Apóstol de las Gentes» se embarcó en cuatro viajes misionales principales, recorriendo unos 14 725 kilómetros en catorce años. Su disposición a recorrer grandes distancias para predicar de Cristo ayudó a establecer el cristianismo en todo el Mediterráneo porque, como expresa: El amor de Cristo le apremiaba. Por el tipo de deporte que practico, desde joven, entreno en un gimnasio —cuando me cambian de misión busco alguno cercano— y hago parte de mi vida de oración a quienes voy conociendo en el mismo. Voy aprendiéndome sus nombres, los invito a la misa dominical e incluso he catequizado y bautizado a algunos adultos que vivían lejos de Dios. A algunas de estas personas las confieso, las acompaño espiritualmente, bendigo sus casas o sus carros... de esta manera el GYM es para mí, un espacio de evangelización privilegiado. 

Como deportista —a pesar de las críticas, malos juicios o malos entendidos que puedas encontrar incluso de parte de los más cercanos a ti—, puedes darle gloria a Dios mostrando una actitud de agradecimiento y gozo. Entrena conscientemente pensando en todo momento que el amor de Cristi te apremia como a San Pablo. Quiero terminar mi reflexión de este día recordando a mi querido papa Francisco, quien en uno de sus discursos, de esos que uno guarda, expresó: «Los lazos entre la Iglesia y el deporte son una bella realidad que se ha ido consolidando en el tiempo, porque la comunidad eclesial ve en el deporte un válido instrumento para el crecimiento integral de la persona humana. La práctica del deporte, en efecto, estimula una sana superación de sí mismos y de los propios egoísmos, entrena el espíritu de sacrificio y, si se enfoca correctamente, favorece la lealtad en las relaciones interpersonales, la amistad y el respeto de las reglas» (Mensaje a los delegados de los comités olímpicos europeos el 23 de noviembre de 2013). Yo no sé si la santísima Virgen María practicó algún deporte, pero la Biblia afirma que «se encaminó presurosa» (Lc 1,39) a visitar a Isabel... sin estar en forma no hubiera podido ir presurosa, ¿qué no? ¡Bendecido sábado recordando a María siempre!

Padre Alfredo.

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