Ante el hostigamiento Jesús les preguntó: ¿Es lícito en sábado hacer el bien? Pero ellos no respondieron nada. No quisieron hablar porque no querían cambiar sus ideas equivocadas. Su soberbia les impedía convertirse y entender el sentido de sus milagros. Y lo que debía ser una luz se convirtió en una oscuridad aún mayor. Esta gente se quedó completamente ofuscada.
Jesús sigue realizando milagros, sigue enviando su gracia. Pero no todos son capaces de aprovecharla. Los que están ofuscados por la soberbia y creen que no necesitan abrir su alma a nadie, se enredan en sus propios defectos. Por el contrario, si le pedimos a María santísima que nos dé un poco de su sencillez, podrá el Señor hacer maravillas. ¡Bendecido lunes!
PadreAlfredo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario