El anuncio más consolador que podemos tener en este tiempo de Adviento es que Dios llega, que llega con poder, que perdona a su pueblo sus pecados anteriores, que quiere reunir a todos los dispersos, como el pastor a sus ovejas. Isaías nos ofrece así un retrato poético y amable de Dios como Pastor que vela por su pueblo a través de quienes puedan consolarle. Él tiene entrañas de misericordia para con su pueblo. No quiere que permanezca más tiempo en la aflicción. Ante esta expresión me quedo sencillamente con algunas preguntas:
¿Ayudamos a otros a volver a la cercanía de Dios? ¿Estamos siendo en este Adviento, ya en su segunda semana, mensajeros de la Buena Nueva para con otros y pastores ayudantes del Buen Pastor? ¿Sabemos consolar a los que sufren y les ayudamos a encontrar el sentido de su vida? ¿Tenemos corazón acogedor para con todos? Sigamos viviendo intensamente este tiempo de Adviento contemplando a María santísima bajo la advocación de Nuestra Señora de la Consolación, porque Ella nos trae a Jesús. ¡Bendecido martes!
Padre Alfredo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario