viernes, 11 de marzo de 2022

«La abstinencia de los viernes de cuaresma»... Un pequeño pensamiento para hoy


Hoy es viernes, y todos sabemos que en cuaresma, los viernes —al igual que el Miércoles de Ceniza, en el que también como en el Viernes Santo obliga el ayuno—son días de abstinencia. Y es que el Código de Derecho Canónico, que marca las leyes de la Iglesia, dice lo siguiente: «En la Iglesia universal, son días y tiempos penitenciales todos los viernes del año y el tiempo de cuaresma». (canon 1250). «Todos los viernes, a no ser que coincidan con una solemnidad, debe guardarse la abstinencia de carne, o de otro alimento que haya determinado la Conferencia Episcopal; ayuno y abstinencia se guardarán el miércoles de Ceniza y el Viernes Santo». (canon 1251). «La ley de la abstinencia obliga a los que han cumplido catorce años; la del ayuno, a todos los mayores de edad, hasta que hayan cumplido cincuenta y nueve años. Cuiden sin embargo los pastores de almas y los padres de que también se formen en un auténtico espíritu de penitencia quienes, por no haber alcanzado la edad, no están obligados al ayuno o a la abstinencia». (canon 1252). «La Conferencia Episcopal puede determinar con más detalle el modo de observar el ayuno y la abstinencia, así como sustituirlos en todo o en parte por otras formas de penitencia, sobre todo por obras de caridad y prácticas de piedad». (canon 1253).

En México —no sé si en otras naciones— hay una dispensa desde hace muchos años, de guardar la abstinencia todos los viernes del año debido a la situación de pobreza que se vive en gran parte de la población. Se tiene la concesión de Roma de que solamente en los viernes de cuaresma se guarde esa abstinencia. Todos los viernes de cuaresma son días de abstinencia de carne. Pero el Episcopado Mexicano ha dispuesto que: «se puede suplir la abstinencia de carne, excepto la del Miércoles de Ceniza y la del Viernes Santo, por: a) la abstinencia de aquellos alimentos que para cada uno significa especial agrado, sea por la materia o por el modo de preparación; b) o por una especial obra de caridad; c) o por una especial obra de piedad; d) o por otro significativo sacrificio voluntario". Esta abstinencia de carne obliga a todos los que han cumplido 14 años. Y la ancianidad, por sí sola, no exime de esta ley de abstinencia que se ha de guardar.

Para algunos católicos, esta práctica, en los últimos tiempos, no significa mucho y algunos no saben el por qué de esta abstinencia de carne. Ya en la época de San Jerónimo, en el siglo IV surgió una controversia con Joviniano, quien como los protestantes modernos veían innecesario el abstenerse de carne, así que no son nuevos los ataques que enfrentamos los católicos. La principal necesidad fisiológica del ser humano es el comer. Es algo tan vital que hasta cuando Jesús sintió hambre, fue tentado por el diablo. Así que la Iglesia ha querido en aras de mantenernos en un mismo espíritu de penitencia en esta época, el considerar que ofrezcamos el sacrificio de no comer carne en memoria de la muerte del Señor. Y es que la carne, por lo general a lo largo de la historia, en los banquetes, representaba la alegría y la abundancia. Como la cuaresma es tiempo de austeridad, por eso se sigue evitando el comerla en viernes, como un sacrificio. Esto quiere decir que lo importante de la abstinencia de carne, no es privarse de la carne en sí, sino rememorar la muerte del Señor, como señal de sacrificio. ¿Qué sentido le das tú a la abstinencia cada viernes de cuaresma? Que esa sea nuestra reflexión de hoy con ayuda de María Santísima. ¡Bendecido viernes!

Padre Alfredo.

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