domingo, 12 de septiembre de 2021

«¿Quién es Cristo para tí?»... Un pequeño pensamiento para hoy


La primera pregunta que Jesús hace a sus discípulos en el Evangelio de hoy es: «¿Quién dice la gente que soy yo?» y nos ayuda a ver a un Jesús atento a lo que cada uno está viviendo ante su persona, ante su palabra, ante la acción de Dios que en él se manifiesta. El Dios de Jesús no es un Dios indiferente, lejano, al que no le importa nuestra vida y nuestro crecimiento en la fe, un Dios omnipotente que vive lejano de nuestro diario andar y que, por lo tanto, pensemos lo que pensemos de él, pues no le importa y basta. El es Dios y ya. ¡No!, no es así; El Señor es un Dios que se acerca a nosotros, que nos acompaña en nuestro proceso de vida de fe, que quiere que lleguemos al conocimiento pleno de su persona y de la vida divina que nos ofrece. Hoy, ante esta pregunta hay que ver qué grande y qué cercano es nuestro Dios.

Viene luego una pregunta más directa, muy directa —diría yo—, que va dirigida directamente a los discípulos: «¿Y ustedes, quién dicen que soy yo? Para Jesús es de vital importancia que sus más allegados le definan y se definan a sí mismos frente a su persona. Cada uno de los que nos sabemos discípulos–misioneros de Cristo, tarde o temprano, a lo largo de nuestro camino de fe nos topamos con esta penetrante cuestión: ¿Quién es Cristo para mí? Jesús quiere que hagamos la experiencia personal, que nuestro conocimiento sobre él no sea sólo de oídas, de habladas, lo que los demás dicen, quiere, en primer lugar, que cada uno haga su experiencia, lo busque, lo encuentre y afirme, como Pedro: «Tú eres el Mesías». Todo se juega en la profundidad de esta breve palabra: «Tú».

¡Tú eres…! Entonces, «tú» puede significar todo: el amor, el sentido de la vida, el interés prioritario, la felicidad encontrada finalmente, el gozo de estar vivos porque se está precisamente con ese «tú». En un instante, Pedro hace síntesis, no de sus conocimientos teológicos, porque no se trata de una respuesta teórica, sino de su vida misma y de lo que ésta ha cambiado desde que ese hombre que tiene delante, pasó a su lado, una mañana en la orilla del mar de Galilea, cuando él remendaba las redes. Para nosotros, decir, «tú eres el Mesías» significa reconocer que nuestra historia, nuestro pasado, ha sido un itinerario hacia Cristo y que, ese pasado, sólo tendrá sentido si el encuentro con Él se lleva efectivamente a cabo. En este domingo preguntémonos: «¿Quién es Cristo para mí?» y respondamos como Pedro, bien convencidos de que él, el Cristo, el Mesías, es nuestro Salvador. Que María Santísima nos ayude. ¡Bendecido domingo!

Padre Alfredo.

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