lunes, 31 de julio de 2023

«San Ignacio de Loyola»... Un pequeño pensamiento para hoy


El mes de julio termina con la memoria litúrgica de San Ignacio de Loyola, el santo español que fundó la compañía de Jesús, esa congregación religiosa que es conocida como los jesuitas y a la que pertenece el Papa Francisco. Leyendo el evangelio de hoy (Mt 13,31-35) voy hacia la figura de este santo que me ha acompañado siempre, desde hace 35 años por lo menos una, dos o tres veces al año en los días en que doy ejercicios espirituales o en algunas de las ocasiones en que he recibido los ejercicios en alguna de las comunidades de jesuitas. Y voy especialmente a su camino de conversión que me anima a trabajar con ánimo en el mío.

El proceso de conversión de San Ignacio se inicia durante su convalecencia en Loyola después de resultar herido, alcanzado por una pieza artillera, en la guerra de Pamplona. Y, mientras permanecía en la casa de su familia, y no encontrando más que un libro de la Vida de Cristo y otro de vidas de santos, empieza a experimentar otros deseos que le mueven y permanecen, más que los que tienen que ver con ser caballero de un señor terrenal, y es vivir al modo de los santos, y a tener como único Señor a Jesucristo y realizar hazañas por Él. Así, el Espíritu lo llevará a Manresa, otro lugar de España, donde descubre que Dios lo conduce como un maestro de escuela a un niño; y lo va preparando para conducir a muchos con su camino espiritual.

A la luz del ejemplo de San Ignacio, hay que trabajar arduamente en la conversión de nuestras personas, familias, comunidades, parroquias, instituciones y obras apostólicas. Y para conseguir este fruto se requiere que atendamos a algo que nos dice San Ignacio: «Mucho aprovecha entrar con grande ánimo y liberalidad con su Criador y Señor, ofreciéndole todo su querer y libertad, para que su Divina majestad, así de su persona como de todo lo que tiene, se sirva conforme a su santísima voluntad». Que la Virgen María interceda por nosotros para que no descuidemos este quehacer esencial que es trabajar en el campo de nuestra conversión. ¡Bendecido lunes!

Padre Alfredo.

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