lunes, 10 de julio de 2023

«Jesús, siempre incluyente»... Un pequeño pensamiento para hoy


Varias veces he comentado, en mis reflexiones, que Jesús fue siempre inclusivo en sus relaciones con los demás... ¡y vaya que lo sigue siendo!, pues todos cabemos en su corazón. Un ejemplo claro de esta inclusión es el relato evangélico de hoy (My 9,18-26). En la cultura judía y en especial en el tiempo en que vivió Cristo, una mujer no podía mirar a un hombre en público, mucho menos tocarlo. A la vez, si se trataba de una mujer enferma, como la que en esta escena aparece, su enfermedad la hacía impura, por lo que estaba aislada de la vida comunitaria y familiar. 

El evangelio nos presenta a esta mujer, que por su enfermedad y por su sexo estaba doblemente excluida. Sin embargo, es consciente de su situación y se arriesga a tocar a Jesús. Al romper las barreras culturales, supera la marginación y obtiene la salud, necesaria para ser aceptada en la comunidad. La respuesta de Jesús sorprende a los espectadores: no la rechaza ni la regaña... ¡la felicita! Reconoce en ella la fe que transforma la injusta realidad, la fe que hace posible la curación. Rápidamente, luego de esto, Jesús continúa su camino. A la puerta de la casa encuentra un cortejo fúnebre preparando la sepultura de una niña, que se burla de su intención. Jesús los enfrenta y los saca de la casa. Se acerca a la pequeña y le restaura la salud. Este gesto dignifica a esta niña postrada por la enfermedad y la devuelve al seno de su familia.

La salud restaurada en la mujer mayor y la vida de la niña, aun cuando los niños casi no contaban para nada en aquella cultura, son el símbolo de la nueva realidad que irrumpe con Jesús que incluye a todos en el plan de salvación. La realidad del Reino que Cristo ofrece, es una propuesta en donde todos tienen espacio y no hay excluidos, esta buena noticia se difunde por toda la comarca. Hoy Jesús sigue pidiéndonos una Iglesia de puertas abiertas en donde haya lugar para todos. Dejémonos mirar por María, su Madre santísima y pidámosle su intercesión para que todos nos sintamos amados por Dios y nos acerquemos a él a ser curados o a restaurar la vida. ¡Bendecido lunes!

Padre Alfredo.

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