martes, 7 de febrero de 2023

«¿Qué es el hombre para que te acuerdes de él?»... Un pequeño pensamiento para hoy

En la madrugada de ayer, un terremoto de magnitud 7,8 en la escala de Richter sacudió el sureste de Turquía y el norte de Siria. Nueve horas después, un segundo temblor de 7,5 se registró en el centro de Turquía. estos temblores han provocado ya más de 3.700 muertos, 16.500 de heridos y un número aún por estimar de desaparecidos... y ¡cuántos kilómetros nos separan de estos dos lugares que mucha gente conoce solamente por el éxito de las telenovelas turcas y algunos cuantos por lo barato que salen los viajes a esas lejanas tierras en donde la vida, según los economistas y la experiencia de estos viajeros, es muy barato. Lo cierto es que en un instante grandes edificaciones han quedado reducidas a ruinas y la vida se ha extinguido para muchos. 

Al terminar de leer noticias sobre la situación me puse a escribir mi pequeño pensamiento y me encontré de frente con el salmo 8 y el estribillo que la liturgia de la Misa de hoy nos hace repetir en el salmo resposorial: ¡qué admirable, Señor, es tu poder! El salmo 8 nos presenta la estructura sólida del universo que se apoya en el brazo eterno de Dios. Él está presente universalmente, y por todas partes su nombre es excelso: «¿Qué es el hombre para que te acuerdes de él?» La vida, con sus acontecimientos tan terribles, como estos sismos, nos recuerdan que el hombre es muy poca cosa físicamente y que está expuesto a numerosas degradaciones y calamidades, a la furia de las borrascas y tempestades, a la devastación de los terremotos y los volcanes, al ímpetu de los torbellinos, a las ingentes olas del océano, a los estragos de la espada, el hambre, la peste, la covid-19 y a toda clase de enfermedades; y al final, parece que ha de hundirse en la tumba y su cuerpo será pasto de los gusanos...

Mucha gente, ante esta noticia desgarradora de estos terremotos se preguntará: ¿Está Dios presente en medio de esta catástrofe? Parece que el Dios que ha creado al hombre haciéndolo un poquito inferior a los ángeles, se deja sentir como silencioso en el centro mismo de esta dolorosa experiencia humana. Para entender tanto su presencia como su silencio uno tiene que referirse al drama de Cristo en la cruz. Uno no puede explicar el drama del Gólgota en términos racionales de lógica común. Dios no está sólo en las leyes sino también en el amor y el sufrimiento. El Dios presente en la naturaleza no es sólo inmanente al orden cósmico sino que lo trasciende, a él como a cualquier forma de orden y acompaña al hombre en su dolor... Sí, sé que es difícil de entender, pero Dios no abandona a su pueblo. Oremos por nuestros hermanos de Turquía y de Siria y encomendemos al cuidado de María santísima a nuestros hermanos mientras nos solidarizamos de muchas maneras con esto pueblos que sufren. ¡Bendecido martes!

Padre Alfredo.

1 comentario:

  1. En oración por nuestros hermanos Turcos y Sirianos Dios tenga Misericordia de todos Ellos así sea Amén amén amén 🙏🙏🙏

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