El Evangelio de hoy nos presenta una de las maravillosas escenas de Jesús rodeado por las multitudes (Mc 6,53-56). Así pude ver al Vicario de Cristo ahora en esas dos naciones tan lejanas a la mayoría de nosotros, rodeado de multitudes entre las que me llamó mucho la atención una escena en la que se ve a un niño entregando un billete de ínfimo valor para nosotros al Santo Padre como un donativo para la Iglesia... ¡Así me imagino que Cristo recibía lo que la gente, desde su corazón, entregaba con gusto para que él y sus apóstoles comieran algo entre aquel caminar intenso llevando la Buena Nueva!
Francisco —como le gusta que le llamen— tocó temas candentes, de esos de los que el mundo, en general, no quiere saber. Lo cierto es que el mensaje del Papa Francisco en clave de denuncia profética en su viaje a la República del Congo y a Sudán del Sur es un aldabonazo a favor de los derechos humanos fundamentales y contra el nuevo colonialismo desde el mensaje troncal del Evangelio. Condenó la violencia armada, las masacres, los abusos, la destrucción y la ocupación de las aldeas, el saqueo de campos y ganado, que se siguen perpetrando. También la explotación sangrienta e ilegal de la riqueza. Oremos por el Papa para que María santísima lo acompañe en todo momento y siga hablando con la verdad desde lo profundo del corazón para que Cristo reine. ¡Bendecido lunes!
Padre Alfredo.
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