sábado, 9 de agosto de 2025

«Rumbo al Tepeyac, peregrinación 2025»... Un pequeño pensamiento para hoy


En México, como en otras partes, estamos en tiempo de vacaciones y uno de mis lugares preferidos para descansar es la playa. ¡Me encanta el mar porque me hace pensar en la infinita misericordia de Dios! En Monterrey, en estos días, mientras aún falta un mes para que los chiquillos regresen a clases, es el lugar especialmente elegido por muchas familias para momentos de relax y vacaciones. Eso trae por consecuencia que el intrincado aeropuerto de Monterrey sea un caos y solo de pensar que mañana nos espera a 80 personas de la parroquia para viajar a ciudad de México, al encuentro de la Morenita del Tepeyac en la peregrinación de la arquidiócesis de Monterrey sea todo un desafío que habrá que enfrentar junto a muchísimos más peregrinas que vamos a la «Casita Sagrada» de la Guadalupana. A eso hay que añadir que por la construcción de la nueva línea del metro que llegará hasta este campo aéreo complica demasiado el tráfico. Creo que el regreso no será menos abrupto, pues la enorme y arcaica sala B, del aeropuerto Benito Juárez en la capital del país está cerrada por remodelación para el mundial del 2026 y al venir de regreso parece que uno anda entre los pasillos de alguna de esas enormes clínicas del Seguro Social.

Hoy es sábado, día dedicado por antonomasia a la Virgen y víspera de nuestro viaje. A las 7 de la tarde tendremos la Misa de bendición de los peregrinos. A través de María siempre Dios nos busca, nos persuade, nos guía y nos habla al corazón para mostrarnos y ofrecernos la verdadera y absoluta riqueza que su Madre, vestida de Guadalupana, quiere darnos: ¡Él mismo!, sí, por medio de Ella Él llegó a nuestras vidas, somos ricos en el Señor. ¡Qué inmenso beneficio de su Amor para con nosotros, qué incomparable ternura y caridad! Dios se ha acercado a nuestra pequeñez y nos espera en el Tepeyac, en donde su Madre, vestida de Guadalupana, quiso que se construyera una «Casita Sagrada» para allí mostrarnos todo su amor, que bien sabemos, es su Hijo Jesús.

La parábola de las vírgenes que el Evangelio de hoy (Mt 25,1-13), en este contexto de nuestro viaje de mañana, simplemente nos deja ver las diversas actitudes del propio corazón ante la elección recibida por todos igual. Todos los peregrinos de la arquidiócesis queremos estar atentos ante la Morenita con nuestras lámparas con aceite. No queremos que ninguna cosa nos entretenga y despiste del camino para que Ella, allí nos muestre a su Hijo en la Eucaristía. Cómo no bendecir al Señor, nacido de María, si nos ha llamado a formar parte de Él, habiéndonos incorporado por el bautismo a la Iglesia por Él instituida, facilitándonos la savia de su gracia que hace correr por nuestro corazón, mente y espíritu y nos hace lanzarnos, en medio de los tumultos del verano para ver a su Madre Santísima, la Dulce Morenita del Tepeyac. Acompáñenos todos con sus oraciones, con su rezo del Santo Rosario, con su cariño a María, que seremos portadores de su saludo. ¡Bendecido sábado!

Padre Alfredo.

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