martes, 10 de mayo de 2022

«El día de las madres»... Un pequeño pensamiento para hoy


El día de hoy, México, Guatemala y el Salvador, entre otros, celebran el día de las madres. En México, el 10 de mayo se declaró como día especial para celebrar a las madres desde el año 1922, sin importar que día de la semana sea. Esta tradición se ha convertido en México en uno de los días de fiesta más celebrados, donde se reúnen las familias mexicanas a festejar a sus madres. Por cuestión práctica, cuando cae entre semana, como sucede hoy, algunas familias lo festejan como en otras naciones, el segundo domingo de mayo. Así que hoy pienso en todas las mamás en su día y ofreceré la Misa por su salud y sus intenciones maternales. Además, claro está, pediré por el eterno descanso de las madres difuntas.

En México, el inicio de este festejo se remonta al 13 de abril de 1922, día en que el periodista y fundador del diario Excélsior, Rafael Alducin (1889-1924), lanzó una convocaría nacional para elegir una fecha especial para rendir homenaje de afecto y respeto a las madres mexicanas. De acuerdo con el diario El País, la respuesta de la sociedad mexicana y de los medios de comunicación fue favorable, lo que llevó a que el 10 de mayo de 1922 México se convirtiera en la primera nación de Latinoamérica en rendir un merecido reconocimiento a las madres. Se dice que se seleccionó mayo para este festejo, porque es el mes consagrado a la Virgen Madre, mientras que el día 10 fue elegido porque en aquella época en el país se pagaba en las decenas y así se podía comprar un regalo para las mamás. ¡Felicidades a todas!

Este tercer párrafo de mi pequeño pensamiento lo destino a comentar algo del evangelio del día (Jn 10,22-30). Este pasaje del evangelio nos invita a renovar nuestra fe y nuestro seguimiento de Jesús. ¿Podemos decir que le escuchamos, que le conocemos, que le seguimos? ¿Podemos afirmar que somos buenas ovejas de su rebaño? Tendríamos que hacer nuestra la actitud que expresó tan sublimemente san Pedro: «Señor, ¿a quién iremos? tú tienes palabras de vida eterna». Cada vez que vamos a misa escuchamos siempre su voz. Hacemos caso de su Palabra. Nos alimentamos con su Cuerpo y Sangre. En verdad, éste es un momento privilegiado en que Cristo es Pastor y nosotros comunidad suya. Eso debería prolongarse a lo largo de la jornada: siguiendo sus pasos, viviendo en unión con él, imitando su estilo de vida. Contemplemos hoy, 10 de mayo a María, la Madre por excelencia y abramos nuestro corazón a las gracias que Dios nos quiere dar a través de su Madre Santísima. ¡Bendecido martes!

Padre Alfredo.

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