jueves, 22 de junio de 2023

«Recordando a Madre Inés»... Un pequeño pensamiento para hoy


Este día la Iglesia celebra la fiesta litúrgica de la memoria de la beata María Inés Teresa del Santísimo Sacramento en las 16 naciones en donde su obra misionera está presente. Ustedes saben que yo formo parte de la Familia Inesiana y que ella es nuestra fundadora. La beata María Inés es conocida como la «Misionera sin fronteras» y en mi reflexión de hoy comparto algunos datos de su vida y algunos de sus pensamientos que llenen nuestro corazón de alegría y nos alienten a ser misioneros como ella, viviendo nuestra fe con sencillez cada día y contagiando a quienes nos rodean, del anhelo misionero que la impulsó siempre y que plasmó en la frase: «Que todos te conozcan y te amen, es la única recompensa que quiero}.

La beata nació el 7 de julio 1904 en Ixtlán del Río, México. En 1924, durante un Congreso Eucarístico en México, se sintió totalmente atraída por Jesús, a cuyo Amor Misericordioso se consagró en 1926. Ingresó al Monasterio de Clarisas del «Ave María», donde permaneció 16 años. Vivió una fuerte experiencia espiritual con la Virgen de Guadalupe que la impulsó a fundar la familia misionera que conocemos como «Familia Inesiana», autorizada por la Santa Sede el 22 de junio de 1951 con la primera de las expresiones de su carisma, las Misioneras Clarisas del Santísimo Sacramento, por eso su fiesta litúrgica se celebra en este día. Más tarde fundó el movimiento laical Van-Clar y los Misioneros de Cristo para la Iglesia Universal. Después fue desarrollándose el resto de la Familia Inesiana, que con carisma eucarístico, sacerdotal, mariano, misionero y alegre, hace presente a Cristo y a la Iglesia en el mundo. Su vida fue un himno de alabanza, para la gloria de Dios y la salvación de las almas. Murió en Roma el 22 de julio de 1981.

De sus escritos, comparto ahora unas cuantas palabras de sus pensamientos misioneros: «Ser misioneros… ¿Cómo?… ¡hasta dar la vida si es necesario!… ¿Dónde?… ¡En todas partes!… ¿Cuándo?… ¡Siempre!… ¿Medida?… la obediencia». «Aún en el cielo seguiremos siendo misioneros». «Sí, Señor que te demos gloria; que seamos realmente un consuelo para ti; que hagamos tus delicias, que te salvemos muchas almas». Caminemos por esta vida, como ella, de la mano de María aplicando esto que ella expresa: «¿Sabes por qué los misioneros son tan alegres y viven tan felices en medio de los sufrimientos y amarguras que los rodean? Porque María Santísima, su dulce Madre del Cielo, los acompaña a todas partes». ¡Bendecido jueves sacerdotal y eucarístico en esta memoria e la beata María Inés Teresa del Santísimo Sacramento!

Padre Alfredo.

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