Voy ahora al denso Evangelio de hoy (Mc 11,11-26) en el que san Marcos se explaya narrándonos un variado cultivo de las palabras de Jesús en torno a diversos temas que es difícil abarcar en este pequeño pensamiento. Podemos sintetizar todo afirmando que en este pasaje del Evangelio, Cristo muestra su amor al Padre, buscando darle siempre el primer lugar en su vida. Y es que para estar con Dios es necesario darle el lugar que le corresponde, pues si no fuera por Él, no sería posible nada de lo que ahora somos, hacemos y tenemos. Cristo nos muestra la importancia de poner a Dios en el centro, de estar unidos a Él, y la forma de estar unidos es vivir con fe en cada momento de nuestra vida. Cuando vivimos cada día así, dejamos entrar a Dios en nuestra pequeña burbuja para transformarnos en sus hijos muy amados.
Los hombres y las mujeres de fe, debemos querer, debemos perseguir, debemos buscar a Dios siempre; solo así se encuentra la paz interior y el gozo del corazón. Así como Cristo, que caminó siempre en presencia de su Padre, refiriendo a Él todo lo que vivía, así debemos hacer nosotros. Hagamos, con ayuda de María santísima, un espacio para hablar con Dios y sobre todo, para escucharle. ¡Bendecido viernes!
Padre Alfredo.
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