lunes, 19 de junio de 2023

«Colaboradores y servidores de Dios»... Un pequeño pensamiento para hoy


Todos los miembros de la Iglesia somos colaboradores y servidores de Dios y como nos recuerda la primera lectura de la Misa de hoy (2 Cor 6,1-10), debemos saber que tenemos en nuestras manos el tiempo favorable para compartir el gozo de la fe. Ser colaboradores es no ser protagonistas, estando seguros de que el que lleva a cabo el proyecto de salvación es Dios. San Pablo nos recuerda que cada uno de nosotros debemos dar a conocer el plan salvador de Dios preocupados, como él, de que llegue a todos.

San Pablo dice lo que significa para un apóstol este ministerio: hace una lista impresionante de dificultades —luchas, golpes, cárceles, días sin comer, noches sin dormir— y, a la vez, de actitudes generosas por su parte —paciencia, amabilidad, amor—. Ciertamente, cada uno de nosotros, como heraldos de la alegría del Evangelio, no podemos presentarnos como perezosos o resignados servidores: A san Pablo, como a algunos de nosotros, le tachan de impostor o de moribundo o de pobre y le sentencian, pero resulta que está bien vivo y enriquece a los demás sin detenerse ante las falsas acusaciones.

Los que en la Iglesia tenemos alguna clase de vocación apostólica, dando testimonio de Cristo a los demás —familiares, alumnos, vecinos, amigos—, ya sabemos lo que nos espera. Aunque no tanto como san Pablo, pero no nos debe extrañar que pasemos apuros y seamos signos de contradicción y tengamos que echar mano de nuestros mejores propósitos y «dones del Espíritu» para seguir fieles a nuestro camino. Qué María santísima nos ayude a no echar la gracia que hemos recibido, en saco roto. ¡Bendecido lunes!

Padre Alfredo.

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