Este año, para la diaria reflexión que pretendo compartir —esperando sea con más frecuencia que el año pasado— no he elegido el Evangelio o alguna de las lecturas de Misa, sino la oración colecta de cada celebración, que da de alguna mentar la pauta para dirigir las súplicas y oraciones de cada una de las celebraciones litúrgicas de la Iglesia para cada día. Estoy seguro de que el Señor, en cada uno de estos textos eucológicos nos dará algo especial para reflexionar cada día, como sucede en este primer domingo de Adviento en el que resuenan en mi mente y en mi corazón las palabras de la oración que dicen: «Concede a tus fieles, Dios todopoderoso, el deseo de salir al encuentro de Cristo que viene a nosotros».
¿Qué viene a encontrar Cristo en nosotros al venir a nuestro encuentro? Ciertamente que lo que queremos es que vea nuestras buenas obras, esas que, por su infinita misericordia podemos hacer en favor de quienes nos rodean. Pidámosle a María santísima, esperando con ella a Jesús que se acerca, que podamos, ante la segunda venida del Señor que vendrá lleno de gloria, presentar un cúmulo de buenas obras, pequeñas, sencillas, humildes pero de peso, al haber hecho algo por nuestros hermanos. Preparemos así nuestro corazón para recibir a ese Cristo que viene a nuestro encuentro. ¡Bendecido primer domingo de Adviento!
Padre Alfredo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario