sábado, 15 de abril de 2017

SÁBADO SANTO... Una breve reflexión


Los salmos de hoy, en el rezo de la Liturgia de las Horas, hacen referencia al misterio de Cristo en la tumba y a su abandono total a la voluntad del Padre. 

Pensemos hoy en esta oración de la beata María Inés Teresa del Santísimo Sacramento que reza así: «Padre, me pongo en tus manos, me entrego a tu amor, a tu bondad, a tu generosidad; haz de mí lo que Tú quieras, pero dame almas, muchas almas, infinitas almas. Dame almas de niños, de pecadores, dame todas las almas de los infieles y yo te doy mi vida, mi corazón, mi ser todo entero. ¡Haz de mí lo que quieras!, mas déjame vivir y morir en tu amante corazón, para que ahí se caldee el mío y pueda a mi vez calentar a las almas que se acerquen a mí, que todos te conozcan y te amen, es la única recompensa que quiero».

Cada uno de nosotros, en las tareas de cada día, somos invitados a la contemplación del misterio que se hace silencio y que nos invita a ponernos en las manos del Padre como Cristo. «El Espíritu ora en nosotros» (Rom 8,26) y nos hace descubrir que el misterio de Cristo en el sepulcro, se hace invitación a la vida escondida con Él en el camino hacia la Casa del Padre.

Nuestra vida ha de ser «una vida escondida con Cristo en Dios» (Col 3,3). En la noche de este y de cada Sábado Santo se celebra la «Vigilia Pascual», el gozo del resucitado que vence a la muerte. Pidamos con María, Madre llena de dolor pero colmada de esperanza, ser renovados en el Espíritu para renacer a una vida nueva en la luz del Señor resucitado.

Alfredo Delgado, M.C.I.U.

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