Pero vamos a la Oración Colecta de este día, que va enfocada a pedir que experimentemos el poder de la cruz de Nuestro Señor y la gracia de su resurrección. Una realidad muy concreta de la piedad popular de muchos de nuestros pueblos, es que son muchas las personas que vienen a Dios a través de la cruz de Cristo, porque tiene el poder para atraerlas a Dios. Cuando Jesús fue levantado, Él trajo a todos lo hijos del Padre misericordioso hacia Él (Juan 12,32). Como el poder de la cruz nos mueve a la conversión, es este poder que tenemos que buscar poniéndonos a sus pies y dejándonos atraer para acercarle muchísimas almas sin olvidar que con la cruz viene la resurrección y la vida nueva.
Siento la invitación a permanecer un rato al pie de la cruz respondiéndome algunas preguntas que les comparto: ¿He puesto a Dios en el primer lugar de mi vida o me he convertido en esclavo del activismo? ¿He alimentado mi compromiso bautismal haciendo oración personal, leyendo, meditando y estudiando la Escritura en forma regular? ¿Hay algún aspecto de mi vida que no le haya entregado al Señor, es decir, hábitos secretos que no he querido sacarlos a la luz de su amor? ¿Trato con dignidad y respeto a mis hermanos de comunidad, a mi familia de sangre, a mis amigos y a los miembros de la comunidad parroquial? ¿He sido un buen administrador de los bienes materiales? ¿Demuestro compasión y misericordia por los menos privilegiados y todos los que sufren? Y termino mi reflexión junto a María Santísima al pie de la Cruz pidiendo, como el salmista: "¡Oh Dios, pon en mí un corazón limpio!" (Salmo 51,10). ¡Bendecido jueves sacerdotal y eucarístico!
Padre Alfredo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario