La Misa la presidió el señor obispo don Heriberto Cavazos y en una homilía plagada de sencillez y profundidad, nos fue llevando por el tema de la vida eterna recordándonos que durante la vida temporal, el hombre debe irse preparando para la eterna. La Oración Colecta de este sábado va por esta misma línea, pues nos lleva a pedir al Señor que el culto que le rendimos en el tiempo, nos aproveche para la vida eterna.
En esta época que nos ha tocado vivir, hay dos errores gravísimos: el de instalarse cómodamente en la vida del tiempo, haciendo del camino fin y de lo provisional definitivo, comprometiendo así gravemente la vida en la eternidad; y el obsesionarse hasta la obnubilación con la vida eterna, de tal modo que, en un quietismo antivitalista, la gente se olvida que es aquí, en la vida temporal, donde hemos de definirnos para la vida eterna. El funeral de don Elías, bajo la imagen de Nuestra Señora del Rosario, me ha recordado que es al fin del tiempo cuando ha de producirse el examen individual sobre el amor, es decir, sobre las obras, porque obras son amores y no buenas razones. ¡Bendecido sábado!
Padre Alfredo.
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