Las promesas bautismales son la respuesta del hombre a la acción conjunta de las tres personas divinas en el Bautismo: el Padre nos adopta como hijos suyos, el Hijo nos invita a unirnos a Él y a su Iglesia, que es su Cuerpo, y el Espíritu Santo viene a habitar en nosotros para santificarnos. Todo bautizado ha hecho un pacto con Dios, es decir, una promesa recíproca. Por una parte, renuncia a Satanás, a sus obras y a sus seducciones y, por otra, profesa su fe en Dios Padre, en Jesucristo y el Espíritu Santo. Este es un compromiso que nos hace aptos para recibir la vida de la gracia de Dios. Este compromiso se aplica a toda nuestra vida y representa nuestra disposición a vivir de acuerdo con el sacramento que hemos recibido y que nos abrió las puertas de la Iglesia.
Hoy la Oración Colecta pide a Dios que proteja a quienes hemos renacido en Cristo esa noche de la Vigilia Pascual junto con quienes recibieron el bautismo. A través de las promesas del bautismo, nos comprometemos a vivir como hijos de Dios, a buscar la unión con Cristo, a asumir la misión de la Iglesia y cooperar con el Espíritu Santo en nuestra propia santificación, que es la semejanza de Cristo, y en la santificación de los demás. Por lo tanto, vale la pena que hoy pidamos la compañía de la Virgen María para que ella nos ayude a vivir las promesas del bautismo, que por supuesto, incluyen el compromiso de vivir de acuerdo con los dones recibidos en el bautismo. ¿Cómo vives tú las promesas bautismales a diario? ¡Bendecido sábado!
Padre Alfredo.
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