sábado, 20 de abril de 2024

«Las promesas bautismales»... Un pequeño pensamiento para hoy


La celebración del bautismo, en nuestra religión católica, suele realizarse, en general, siendo niños pequeños. Yo sé que la inmensa mayoría de quienes leen mis reflexiones, fueron bautizados, como yo, siendo muy pequeños. En aquel momento, cuando el bebé es bautizado, los padres y padrinos realizaron una serie de promesas en nombre del bautizado. Si el bautismo se recibe más mayor, es el propio bautizado quien realiza las promesas. Pro, en ambos casos, al ser el bautismo un sacramento que se realiza una sola vez, esas promesas realizadas son lo suficientemente importantes como para ser recordadas y renovadas. En la liturgia de la Vigilia Pascual, la renovación de las promesas del Bautismo ocupa un lugar importante y todos los que asistimos, renovamos esas promesas.

Las promesas bautismales son la respuesta del hombre a la acción conjunta de las tres personas divinas en el Bautismo: el Padre nos adopta como hijos suyos, el Hijo nos invita a unirnos a Él y a su Iglesia, que es su Cuerpo, y el Espíritu Santo viene a habitar en nosotros para santificarnos. Todo bautizado ha hecho un pacto con Dios, es decir, una promesa recíproca. Por una parte, renuncia a Satanás, a sus obras y a sus seducciones y, por otra, profesa su fe en Dios Padre, en Jesucristo y el Espíritu Santo. Este es un compromiso que nos hace aptos para recibir la vida de la gracia de Dios. Este compromiso se aplica a toda nuestra vida y representa nuestra disposición a vivir de acuerdo con el sacramento que hemos recibido y que nos abrió las puertas de la Iglesia.

Hoy la Oración Colecta pide a Dios que proteja a quienes hemos renacido en Cristo esa noche de la Vigilia Pascual junto con quienes recibieron el bautismo. A través de las promesas del bautismo, nos comprometemos a vivir como hijos de Dios, a buscar la unión con Cristo, a asumir la misión de la Iglesia y cooperar con el Espíritu Santo en nuestra propia santificación, que es la semejanza de Cristo, y en la santificación de los demás. Por lo tanto, vale la pena que hoy pidamos la compañía de la Virgen María para que ella nos ayude a vivir las promesas del bautismo, que por supuesto, incluyen el compromiso de vivir de acuerdo con los dones recibidos en el bautismo. ¿Cómo vives tú las promesas bautismales a diario? ¡Bendecido sábado!

Padre Alfredo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario