Como otras veces que me rebasa el día, llego apenas a la computadora para compartir algo de mi reflexión para este día... «¡lo poquito!», diría mi padrino monseñor Juan Esquerda... «¡lo poquito!», porque eso es, un pequeño pensamiento para hoy.
La Oración Colecta de la Misa de hoy nos recuerda, en un primer momento, que nuestra esperanza debe estar puesta en el Señor, porque verdaderamente es solamente en Él en quien podemos esperar y de quien siempre podemos esperar. Como una segunda cosa nos invita a buscar los medios, ayudados por la misericordia divina, para perseverar en una vida santa. Así, esperanza y perseverancia, van e la mano.
La esperanza es la brújula de la vida y la perseverancia, el motor que nos empuja en medio de la tormenta para no rendirnos, para seguir avanzando confiando en el Señor que nunca abandona. Estas dos dimensiones actúan como dos valías de gran trascendencia para el creyente. No dejemos de practicarlas. Invitemos a María para que Ella custodie el desarrollo de las mismas en nuestro corazón. ¡Bendecido jueves sacerdotal y eucarístico!
Padre Alfredo.
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