Santísima madre de Guadalupe,
en este día nos consagramos a Ti como verdaderos hijos,
te consagramos nuestras vidas, nuestra salud,
nuestros hogares, nuestras familias, el trabajo,
cada uno de nuestros proyectos
y todos nuestros bienes espirituales y materiales.
Que cada uno de nosotros,
sea una ofrenda viva y agradable para bendecirte en todo momento,
que te imite con humildad, que diga sí al plan de Salvación,
que se comprometa a difundir tu devoción
y a hacer que muchos conozcan tu amor de madre intercesora,
para que acercándose a Ti
puedan experimentar tu amor maternal
y tu protección como nosotros lo vivimos.
Te consagramos lo que pensemos,
lo que digamos y lo que hagamos,
nuestras mentes con sus pensamientos,
nuestros corazones con sus sentimientos,
nuestras bocas con sus palabras;
te consagramos nuestro pasado,
nuestro presente y nuestro futuro,
recíbenos buena madre
y preséntanos ante tu muy amado Hijo Jesucristo
para que junto con el Padre
y el Espíritu Santo te bendiga y te alabe
por toda la Eternidad. Amen.
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