jueves, 3 de diciembre de 2015

«DE CAMINO AL TEPEYAC CON LA MISERICORDIA DE DIOS AMOR»... Novena a la Virgen de Guadalupe



PRIMER DÍA,
3 DE DICIEMBRE.

Hecha la Señal de la Cruz, se hace la oración inicial de cada día:


Virgen Santísima de Guadalupe, Madre y Reina de América, aquí me tienes humildemente postrado ante ti dulce Morenita del Tepeyac. En ti quiero poner

toda esperanza. Tú eres mi vida y mi consuelo. Estando bajo tu sombra protectora, y en tu maternal regazo, nada debo temer. Ayúdame en el peregrinar por esta tierra e intercede por mí y todos los que conmigo van en mi diario andar, ante tu Divino Hijo en el momento de la muerte, para que alcancemos todos la eterna salvación del alma.  Amén.

ORACIÓN PARA EL PRIMER DÍA:
Virgen y Madre nuestra, dulce Morenita, reviviendo en mi corazón la alegría que sintió el santo indio Juan Diego al encontrarse contigo en cerro del Tepeyac, te suplico en este primer día de la novena que te ofrezco, que me concedas experimentar siempre en mi corazón la alegría que nace del encuentro con tu Hijo Jesús a quien tú trajiste a mi corazón y al de todos mis hermanos de este mundo. Amén.

Petición, Padre Nuestro, Ave María y Gloria.

Jaculatoria:
Mi corazón en amarte eternamente se ocupe, y mi lengua en alabarte Madre mía de Guadalupe.

Oración final:
Dios de poder y de misericordia, Tú bendijiste al continente de América en el Tepeyac con la presencia de la Inmaculada Virgen María de Guadalupe. Haz que su intercesión maternal, me ayude a mí y a todos a vivir, como ella, nuestra condición de discípulos y misioneros de tu Hijo. Él, que vive y reina contigo, en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.  Amén.  
Bajo tu amparo nos acogemos, santa Madre de Dios, no desprecies las oraciones que te hacemos en nuestras necesidades, antes bien, líbranos de todo peligro, oh Virgen
gloriosa y bendita. Ruega por nosotros, santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo. Amén.


SEGUNDO DÍA,
4 DE DICIEMBRE

Hecha la Señal de la Cruz, se hace la oración inicial de cada día:


Virgen Santísima de Guadalupe, Madre y Reina de América, aquí me tienes humildemente postrado ante ti dulce Morenita del Tepeyac. En ti quiero poner

toda esperanza. Tú eres mi vida y mi consuelo. Estando bajo tu sombra protectora, y en tu maternal regazo, nada debo temer. Ayúdame en el peregrinar por esta tierra e intercede por mí y todos los que conmigo van en mi diario andar, ante tu Divino Hijo en el momento de la muerte, para que alcancemos todos la eterna salvación del alma.  Amén.

ORACIÓN PARA EL SEGUNDO DÍA:
Virgen y Madre nuestra, dulce Morenita, en Ti la misericordia de Dios vino a nuestro encuentro porque eres portadora de Jesús. Te suplico, en este segundo día de la novena que te ofrezco, me ayudes a no dudar nunca del amor de Dios, el verdadero Dios por quien se vive. Amén.

Petición, Padre Nuestro, Ave María y Gloria.

Jaculatoria:
Mi corazón en amarte eternamente se ocupe, y mi lengua en alabarte Madre mía de Guadalupe.

Oración final:
Dios de poder y de misericordia, Tú bendijiste al continente de América en el Tepeyac con la presencia de la Inmaculada Virgen María de Guadalupe. Haz que su intercesión maternal, me ayude a mí y a todos a vivir, como ella, nuestra condición de discípulos y misioneros de tu Hijo. Él, que vive y reina contigo, en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.  Amén.  
Bajo tu amparo nos acogemos, santa Madre de Dios, no desprecies las oraciones que te hacemos en nuestras necesidades, antes bien, líbranos de todo peligro, oh Virgen
gloriosa y bendita. Ruega por nosotros, santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo. Amén.


TERCER DÍA,
5 DE DICIEMBRE.

Hecha la Señal de la Cruz, se hace la oración inicial de cada día:


Virgen Santísima de Guadalupe, Madre y Reina de América, aquí me tienes humildemente postrado ante ti dulce Morenita del Tepeyac. En ti quiero poner

toda esperanza. Tú eres mi vida y mi consuelo. Estando bajo tu sombra protectora, y en tu maternal regazo, nada debo temer. Ayúdame en el peregrinar por esta tierra e intercede por mí y todos los que conmigo van en mi diario andar, ante tu Divino Hijo en el momento de la muerte, para que alcancemos todos la eterna salvación del alma.  Amén.

ORACIÓN PARA EL TERCER DÍA:
Virgen y Madre nuestra, dulce Morenita, Tú pediste que se te erigiera un templo en el Tepeyac para en él mostrar todo tu amor, y tu amor es Jesús, la Divina Misericordia del Padre Eterno. En este tercer día de la novena que te ofrezco, te pido que yo también sea, como Tú, un templo vivo del amor de Dios, para hacerlo conocer y amar del mundo entero. Amén.

Petición, Padre Nuestro, Ave María y Gloria.

Jaculatoria:
Mi corazón en amarte eternamente se ocupe, y mi lengua en alabarte Madre mía de Guadalupe.

Oración final:
Dios de poder y de misericordia, Tú bendijiste al continente de América en el Tepeyac con la presencia de la Inmaculada Virgen María de Guadalupe. Haz que su intercesión maternal, me ayude a mí y a todos a vivir, como ella, nuestra condición de discípulos y misioneros de tu Hijo. Él, que vive y reina contigo, en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.  Amén.  
Bajo tu amparo nos acogemos, santa Madre de Dios, no desprecies las oraciones que te hacemos en nuestras necesidades, antes bien, líbranos de todo peligro, oh Virgen
gloriosa y bendita. Ruega por nosotros, santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo. Amén.


CUARTO DÍA,
6 DE DICIEMBRE.

Hecha la Señal de la Cruz, se hace la oración inicial de cada día:


Virgen Santísima de Guadalupe, Madre y Reina de América, aquí me tienes humildemente postrado ante ti dulce Morenita del Tepeyac. En ti quiero poner

toda esperanza. Tú eres mi vida y mi consuelo. Estando bajo tu sombra protectora, y en tu maternal regazo, nada debo temer. Ayúdame en el peregrinar por esta tierra e intercede por mí y todos los que conmigo van en mi diario andar, ante tu Divino Hijo en el momento de la muerte, para que alcancemos todos la eterna salvación del alma.  Amén.

ORACIÓN PARA EL CUARTO DÍA:
Virgen y Madre nuestra, dulce Morenita, tu imagen ha quedado eternamente grabada en el humilde ayate del santo indio Juan Diego, como una muestra de que la misericordia de Dios es eterna. En este cuarto día de la novena que te ofrezco, dulce Madre bendita, te suplico que pensando siempre en esa eterna misericordia, busque siempre vivir en gracia. Amén.

Petición, Padre Nuestro, Ave María y Gloria.

Jaculatoria:
Mi corazón en amarte eternamente se ocupe, y mi lengua en alabarte Madre mía de Guadalupe.

Oración final:
Dios de poder y de misericordia, Tú bendijiste al continente de América en el Tepeyac con la presencia de la Inmaculada Virgen María de Guadalupe. Haz que su intercesión maternal, me ayude a mí y a todos a vivir, como ella, nuestra condición de discípulos y misioneros de tu Hijo. Él, que vive y reina contigo, en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.  Amén.  
Bajo tu amparo nos acogemos, santa Madre de Dios, no desprecies las oraciones que te hacemos en nuestras necesidades, antes bien, líbranos de todo peligro, oh Virgen
gloriosa y bendita. Ruega por nosotros, santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo. Amén.

QUINTO DÍA,
7 DE DICIEMBRE.

Hecha la Señal de la Cruz, se hace la oración inicial de cada día:


Virgen Santísima de Guadalupe, Madre y Reina de América, aquí me tienes humildemente postrado ante ti dulce Morenita del Tepeyac. En ti quiero poner

toda esperanza. Tú eres mi vida y mi consuelo. Estando bajo tu sombra protectora, y en tu maternal regazo, nada debo temer. Ayúdame en el peregrinar por esta tierra e intercede por mí y todos los que conmigo van en mi diario andar, ante tu Divino Hijo en el momento de la muerte, para que alcancemos todos la eterna salvación del alma.  Amén.

ORACIÓN PARA EL QUINTO DÍA:
Virgen y Madre nuestra, dulce Morenita, tu rostro bendito me habla de la tierna misericordia de Dios. Contemplando tu carita llena de bondad, te suplico, Madre amada, en este quinto día de la novena que te ofrezco, que nunca deje de amarte y que en ti y en tu valioso amor que me cobija y acompaña, experimente siempre el abrazo de la misericordia de Dios Amor. Amén.

Petición, Padre Nuestro, Ave María y Gloria.

Jaculatoria:
Mi corazón en amarte eternamente se ocupe, y mi lengua en alabarte Madre mía de Guadalupe.

Oración final:
Dios de poder y de misericordia, Tú bendijiste al continente de América en el Tepeyac con la presencia de la Inmaculada Virgen María de Guadalupe. Haz que su intercesión maternal, me ayude a mí y a todos a vivir, como ella, nuestra condición de discípulos y misioneros de tu Hijo. Él, que vive y reina contigo, en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.  Amén.  
Bajo tu amparo nos acogemos, santa Madre de Dios, no desprecies las oraciones que te hacemos en nuestras necesidades, antes bien, líbranos de todo peligro, oh Virgen
gloriosa y bendita. Ruega por nosotros, santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo. Amén.

SEXTO DÍA,
8 DE DICIEMBRE.

Hecha la Señal de la Cruz, se hace la oración inicial de cada día:


Virgen Santísima de Guadalupe, Madre y Reina de América, aquí me tienes humildemente postrado ante ti dulce Morenita del Tepeyac. En ti quiero poner

toda esperanza. Tú eres mi vida y mi consuelo. Estando bajo tu sombra protectora, y en tu maternal regazo, nada debo temer. Ayúdame en el peregrinar por esta tierra e intercede por mí y todos los que conmigo van en mi diario andar, ante tu Divino Hijo en el momento de la muerte, para que alcancemos todos la eterna salvación del alma.  Amén.

ORACIÓN PARA EL SEXTO DÍA:
Virgen y Madre nuestra, dulce Morenita, en Ti la misericordia de Dios se hizo carne y habitó entre nosotros. En este sexto día de la novena que te ofrezco, te pido que me des la sencillez de san Juan Diego para llenarme yo también de misericordia e imitar a tu Hijo Jesús para llevarlo, con mi testimonio de vida, a quienes no lo conocen o lo han olvidado. Amén.

Petición, Padre Nuestro, Ave María y Gloria.

Jaculatoria:
Mi corazón en amarte eternamente se ocupe, y mi lengua en alabarte Madre mía de Guadalupe.

Oración final:
Dios de poder y de misericordia, Tú bendijiste al continente de América en el Tepeyac con la presencia de la Inmaculada Virgen María de Guadalupe. Haz que su intercesión maternal, me ayude a mí y a todos a vivir, como ella, nuestra condición de discípulos y misioneros de tu Hijo. Él, que vive y reina contigo, en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.  Amén.  
Bajo tu amparo nos acogemos, santa Madre de Dios, no desprecies las oraciones que te hacemos en nuestras necesidades, antes bien, líbranos de todo peligro, oh Virgen
gloriosa y bendita. Ruega por nosotros, santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo. Amén.

SÉPTIMO DÍA,
9 DE DICIEMBRE.

Hecha la Señal de la Cruz, se hace la oración inicial de cada día:


Virgen Santísima de Guadalupe, Madre y Reina de América, aquí me tienes humildemente postrado ante ti dulce Morenita del Tepeyac. En ti quiero poner

toda esperanza. Tú eres mi vida y mi consuelo. Estando bajo tu sombra protectora, y en tu maternal regazo, nada debo temer. Ayúdame en el peregrinar por esta tierra e intercede por mí y todos los que conmigo van en mi diario andar, ante tu Divino Hijo en el momento de la muerte, para que alcancemos todos la eterna salvación del alma.  Amén.

ORACIÓN PARA EL SÉPTIMO DÍA:
Virgen y Madre nuestra, dulce Morenita, Tú nos mostraste en tus benditas apariciones del Tepeyac, que la misericordia es el máximo don de Dios. Te pido, en este séptimo día de la novena que ofrezco en tu honor, que yo también me haga un don para los demás, llevando ese amor divino a quienes me rodean en mi vida de cada día. Amén.

Petición, Padre Nuestro, Ave María y Gloria.

Jaculatoria:
Mi corazón en amarte eternamente se ocupe, y mi lengua en alabarte Madre mía de Guadalupe.

Oración final:
Dios de poder y de misericordia, Tú bendijiste al continente de América en el Tepeyac con la presencia de la Inmaculada Virgen María de Guadalupe. Haz que su intercesión maternal, me ayude a mí y a todos a vivir, como ella, nuestra condición de discípulos y misioneros de tu Hijo. Él, que vive y reina contigo, en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.  Amén.  
Bajo tu amparo nos acogemos, santa Madre de Dios, no desprecies las oraciones que te hacemos en nuestras necesidades, antes bien, líbranos de todo peligro, oh Virgen
gloriosa y bendita. Ruega por nosotros, santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo. Amén.

OCTAVO DÍA,
10 DE DICIEMBRE.

Hecha la Señal de la Cruz, se hace la oración inicial de cada día:


Virgen Santísima de Guadalupe, Madre y Reina de América, aquí me tienes humildemente postrado ante ti dulce Morenita del Tepeyac. En ti quiero poner

toda esperanza. Tú eres mi vida y mi consuelo. Estando bajo tu sombra protectora, y en tu maternal regazo, nada debo temer. Ayúdame en el peregrinar por esta tierra e intercede por mí y todos los que conmigo van en mi diario andar, ante tu Divino Hijo en el momento de la muerte, para que alcancemos todos la eterna salvación del alma.  Amén.

ORACIÓN PARA EL OCTAVO DÍA:
Virgen y Madre nuestra, dulce Morenita, al venir a pedir que se te erigiera un templo, nos viniste a hablar de un Dios misericordioso que suplica la conversión de sus hijos. En este octavo día de la novena que ofrezco en tu honor, te pido que ame siempre a la Iglesia como la casa de la misericordia y que sepa ver siempre, en el Santo Padre, al Vicario de Cristo misericordioso, que guía a su rebaño en el amor. Amén.

Petición, Padre Nuestro, Ave María y Gloria.

Jaculatoria:
Mi corazón en amarte eternamente se ocupe, y mi lengua en alabarte Madre mía de Guadalupe.

Oración final:
Dios de poder y de misericordia, Tú bendijiste al continente de América en el Tepeyac con la presencia de la Inmaculada Virgen María de Guadalupe. Haz que su intercesión maternal, me ayude a mí y a todos a vivir, como ella, nuestra condición de discípulos y misioneros de tu Hijo. Él, que vive y reina contigo, en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.  Amén.  
Bajo tu amparo nos acogemos, santa Madre de Dios, no desprecies las oraciones que te hacemos en nuestras necesidades, antes bien, líbranos de todo peligro, oh Virgen
gloriosa y bendita. Ruega por nosotros, santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo. Amén.


NOVENO DÍA,
11 DE DICIEMBRE.

Hecha la Señal de la Cruz, se hace la oración inicial de cada día:


Virgen Santísima de Guadalupe, Madre y Reina de América, aquí me tienes humildemente postrado ante ti dulce Morenita del Tepeyac. En ti quiero poner

toda esperanza. Tú eres mi vida y mi consuelo. Estando bajo tu sombra protectora, y en tu maternal regazo, nada debo temer. Ayúdame en el peregrinar por esta tierra e intercede por mí y todos los que conmigo van en mi diario andar, ante tu Divino Hijo en el momento de la muerte, para que alcancemos todos la eterna salvación del alma.  Amén.

ORACIÓN PARA EL NOVENO DÍA:
Virgen y Madre nuestra, dulce Morenita, tú elegiste a un indio sencillo y pobre, y en su ayate dejaste tu imagen bendita,  para mostrarnos que la misericordia de Dios es sencilla y humilde. Al llegar al final de esta novena que he rezado en tu honor, te suplico me des un poco de esa sencillez y humildad de la que contagiaste a san Juan Diego y que te quedes así plasmada en mi corazón y en el de todos los que he encomendado a nuestro Padre misericordioso ante Ti. Amén.
Petición, Padre Nuestro, Ave María y Gloria.

Jaculatoria:
Mi corazón en amarte eternamente se ocupe, y mi lengua en alabarte Madre mía de Guadalupe.

Oración final:
Dios de poder y de misericordia, Tú bendijiste al continente de América en el Tepeyac con la presencia de la Inmaculada Virgen María de Guadalupe. Haz que su intercesión maternal, me ayude a mí y a todos a vivir, como ella, nuestra condición de discípulos y misioneros de tu Hijo. Él, que vive y reina contigo, en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.  Amén.  
Bajo tu amparo nos acogemos, santa Madre de Dios, no desprecies las oraciones que te hacemos en nuestras necesidades, antes bien, líbranos de todo peligro, oh Virgen
gloriosa y bendita. Ruega por nosotros, santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo. Amén.

® ESTA NOVENA ESTÁ REALIZADA COMPILANDO ALGUNOS DATOS DE DISTINTAS NOVENAS A LA SANTÍSIMA VIRGEN DE GUADALUPE. TODO EL MATERIAL UTILIZADO HA SIDO DEBIDAMENTE APROBADO. LA NOVENA SE PUEDE RECITAR EN CUALQUIER ÉPOCA DEL AÑO.
ALFREDO DELGADO RANGEL, M.C.I.U.

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