jueves, 25 de septiembre de 2025

¿QUÉ HACE UN DIRECTOR DE ORQUESTA?


Muchas veces, a lo largo de mi vida, he tenido la oportunidad de hablar con muchos amantes de la música, que, como yo, gozan con los conciertos de música clásica —que por cierto muy poco puedo disfrutar ya en vivo, porque la Sinfónica toca los jueves y me es imposible ir—, y me he dado cuenta de que, a pesar de ello, no tienen una clara idea de lo que es el director de orquesta, de cuál es su misión y de la importancia que tiene su trabajo en el resultado de un concierto. 

Cuentan que una vez en Estados Unidos en uno de los ágapes que suelen dar los organizadores al terminar los conciertos, una persona preguntó a un director: «Maestro, ¿usted qué hace cuando no tiene concierto y si todos los músicos de la orquesta tienen su papel, para qué está usted allí? Yo creo que ni le miran».

Por eso me vino la idea de compartir, en unos cuantos renglones, en este blog en que escribo un poco de todo, unas cuestiones que creo son muy importantes e ilustrativas sobre el director de una orquesta.

Los directores desempeñan un papel fundamental en la coordinación y la interpretación de toda orquesta, así como de cualquier coro, y son, en primer lugar, los responsables de mantener el ritmo y asegurar la cohesión musical. Para ello, utilizan gestos específicos con las manos y la batuta, que indican el tiempo, el ritmo y la dinámica de la interpretación.

En primer lugar el director estudia la partitura para comprender la intención del compositor y decide cómo expresar la música, aplicando matices, fraseos y detalles expresivos que no están explícitamente escritos.  Antes del concierto, organiza y dirige los ensayos para trabajar los aspectos técnicos de la pieza y pulir la interpretación hasta que todos los músicos estén sincronizados y alineados con la visión del director. 

El director de orquesta se sitúa en el medio entre el propio compositor y la audiencia. A través de cómo interpreta cierta obra, el director puede determinar la intención original del compositor a la vez de dar un toque único, lo que deriva en que no haya dos representaciones iguales. De esta manera, el director es el responsable de establecer el tono con el que se comunica, de manera emocional y narrativa.

Él utiliza la batuta y el lenguaje corporal para comunicar instrucciones a la orquesta, marcando el tiempo, la dinámica y los inicios de los diferentes instrumentos o secciones. La mano derecha del director, que normalmente sostiene la batuta, es la principal responsable de marcar el tiempo. Movimientos optimistas señalan la aproximación del tiempo fuerte, que se produce cuando la batuta se mueve hacia abajo, indicando el comienzo de un compás. Además, la batuta puede dibujar arcos pequeños o amplios, de forma suave o agitada, para expresar el carácter del sonido deseado.

Dependiendo de la obra, el director sube y baja la batuta que sostiene en la mano derecha —un compás binario o dividido en dos partes—, parte de abajo, va hacia la derecha y sube —compás ternario— o parte de abajo, va hacia la izquierda, hacia la derecha y arriba —compás cuaternario—. Muchas veces estos movimientos para los que no son músicos son casi inapreciables debido a la velocidad con que los realiza.

La mano izquierda es la encargada de señalar las entradas de cada grupo de instrumentos o de solistas. Con todo el cuerpo y principalmente con ambas manos indica la intensidad y el carácter de la obra. Por ejemplo, si abre mucho los brazos quiere decir que les está pidiendo a los intérpretes que toquen más 'forte' o fuerte —esta abertura de sus brazos, sin dejar de mover las manos, puede ser también progresiva— o que toquen más «piano», más suave. Con la mirada, con los ojos, con la boca... hará también mil gesticulaciones que serán importantes (según sus manías personales) para aunar la interpretación de todos los integrantes y que suene como una única obra.

El director de orquesta es el alma mater de la música grupal, es el auténtico intérprete, cuyo instrumento es una serie de músicos que puede manejar para conseguir una interpretación personal de un documento escrito. Como curiosidad, hay también que decir que debe tener los pies bien asentados en el suelo de forma paralela a los hombros y situar los brazos a su altura. Parece una tontería pero es esencial, ya que es posible que pierda el equilibrio en un momento de énfasis o que termine con fuertes dolores de espalda.

Por eso la postura del director siempre es crucial. Con el cuerpo erguido, los brazos bien posicionados por encima de la cintura y ligeramente arqueados, mantiene una posición cómoda y flexible, lo que le permite realizar los gestos necesarios para dirigir la orquesta y coordinar los tiempos de cada uno de los músicos que la integran, para que entren en el momento justo. Durante el concierto, él moldea la interpretación en el momento, asegurando que todos los músicos toquen juntos, con el mismo volumen y ritmo, y que se escuche la obra de forma cohesionada. 

Además de llevar el tiempo, el director es responsable de controlar la intensidad de la interpretación, exigiendo más o menos volumen y nivelando las interpretaciones para que todas las partes de la orquesta se escuchen de forma equilibrada. A pesar de su importancia, él no toca ningún instrumento ni emite sonidos; su trabajo es puramente gestual y de guía. 

Con su liderazgo, inspira y persuade a los músicos para que den lo mejor de sí, fomentando un ambiente de trabajo en equipo y buscando una interpretación que transmita el espíritu y la emoción de la composición. Esta habilidad de liderazgo que debe tener, junto a la interpretación, es lo que hace que la actuación del director sea esencial para el éxito de una interpretación musical.

Quiero ahora mencionar a algunos de los mejores directores de orquesta a lo largo de la historia que ya han fallecido pero siguen siendo un importante referente e inspiración para las futuras generaciones:

1. Carlos Kleiber (1930 – 2004). Fue un austríaco acreditado como uno de los mejores del siglo XX y para algunos, el mejor de la historia. Su fama mezcló tanto su talento como diferentes controversias, y es que tenía una personalidad compleja, expuesta por la cancelación de sus actuaciones habitualmente, la negativa a conceder reportajes y la búsqueda de la perfección absoluta. Su estilo de dirigir era realmente expresivo, algo bien recibido por el público gracias a sus gestos con los brazos. Su repertorio abarcaba 22 compositores y sus grabaciones de sinfonías como las de Beethoven se han llegado a considerar en ocasiones como definitivas.

2. Herbert von Karajan (1908 – 1989). Este director, también austriaco, destacó especialmente por su habilidad para conseguir que la orquesta produjera un sonido magnífico. Pudo trabajar con algunas de las principales orquestas del mundo, como la Orquesta Filarmónica de Berlín durante 35 años, dejando un legado musical realmente impresionante. Además, es el artista discográfico de música clásica con las mayores ventas de todos los tiempos.

3. Leonard Bernstein (1918 – 1990). Compositor, pianista y director de orquesta, fue el primer director de orquesta nacido en los Estados Unidos que obtuvo una fama mundial al dirigir la Orquesta Filarmónica de Nueva York, además de por sus Conciertos para jóvenes en televisión y por sus diferentes composiciones, tales como “West Side Story” o “Candide”. Destacó por la interpretación de una amplia gama de géneros musicales, comenzando con música clásica —haciendo resurgir la música de mi admirado Gustav Mahler— hasta jazz. No solo fue remarcable como director, sino también como educador musical influyente, especialmente entre los más jóvenes.

4. Claudio Abbado (1933 – 2014). Este director de orquesta italiano fue titular de la Filarmónica de Berlín desde el año 1989 y destacó por su técnica y por la renovación generacional de músicos, impulsando programaciones temáticas multidisciplinares y un nuevo repertorio musical, incluyendo a compositores contemporáneos. Contaba con un enfoque sensible y profundo de la música, siendo capaz de resaltar algunos matices realmente únicos, lo que le convirtió en uno de los directores más respetados de su generación.

Actualmente contamos con muy buenos directores de orquesta a nivel mundial de los cuales mencionaré unos cuantos:

1. Gustavo Dudamel (Barquisimeto, Venezuela, 26 de enero de 1981). Considerado por muchos uno de los más influyentes, versátiles y aclamados directores a nivel mundial, es el director de la Orquesta Sinfónica de la Juventud de Venezuela y la Filarmónica de Los Ángeles. Por sus numerosos hitos, logros e influencia musical es considerado como el director de orquestas hispanohablante más influyente a nivel internacional de la época moderna.

2. Kirill Petrenko (Omsk, Unión Soviética, 11 de febrero de 1972). Es un músico ruso, director titular de la Filarmónica de Berlín reconocido por su trabajo en música moderna y clásica. Petrenko destaca especialmente por sus interpretaciones de óperas del repertorio ruso, el repertorio sinfónico ruso del siglo XX y las óperas de Richard Wagner y de Richard Strauss. 

2. Daniel Barenboim (Buenos Aires, 15 de noviembre de 1942). Es un pianista y director de orquesta argentino nacionalizado español, israelí y palestino. Posee una larga y exitosa trayectoria por lo que con frecuencia citado como uno de los grandes de la música clásica. El 12 de enero de 2008, se convirtió en el primer ciudadano del mundo con ciudadanía israelí y palestina, y dijo que la había aceptado con la esperanza de que sirviera como señal de paz entre ambos países. El 4 de octubre de 2022, anunció que se retiraba a causa de una enfermedad neurológica grave. En febrero de 2025, dijo que tenía Parkinson.

3. Sir Antonio Pappano (Epping, Inglaterra, 30 de diciembre de 1959). Es un director de orquesta y pianista británico de ascendencia italiana. Ha sido director titular de la Orquesta Sinfónica de Londres y director musical de la Royal Opera House. Recibió el título de Sir en 2012 por la reina Isabel II en reconocimiento a su destacada carrera como director de orquesta. Actualmente es el director titular de la Opera Real Covent Garden, de Londres, y de la orquesta de la Accademia Nazionale di Santa Cecilia, de Roma.

Otros directores notables son Andris Nelsons, director artístico de la Orquesta Sinfónica de Boston; Vladimir Jurowski, director artístico de la Orquesta de París y el Festival de Glyndebourne y Carlos Miguel Prieto, destacado por su trabajo con la Orquesta Sinfónica Nacional de México y la Youth Orchestra of the Americas. 

Entre las pocas mujeres directoras de orquesta destacan Alondra de la Parra, directora artística de la Orquesta Filarmónica de las Américas y de la Orquesta y Coro de la Comunidad de Madrid e Inma Shara, que ha dirigido orquestas como la de Viena. En diciembre de 2008 fue la primera mujer que dirigió un concierto en el Vaticano. 

Creo que, de alguna manera, con esta pequeña aportación, podemos valorar más el personaje que, a simple vista en un concierto de música culta, sube a un podio y gesticula de forma más o menos histriónica ante un grupo de músicos que conocen a la perfección las partituras que deben interpretar. Ese personaje que, además, es el único miembro que carece de instrumento y no emite sonido alguno por sí mismo en toda la ejecución. Sin embargo, su figura es tan importante, que es quien recibe la mayor parte de la ovación del público. 

Padre Alfredo.


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