Oh Señor, omnipotente y eterno, Dios de la sabiduría y de la ciencia,
en quien todas las verdades tienen su origen y su ejemplo,
y todas pueden ser contempladas y admiradas como en su propia fuente,
escucha benigno las súplicas que, con fe, te dirigimos,
suplicándote por todos los estudiantes universitarios.
Sé tú, oh Señor, su ayuda en las arduas horas de estudio,
Sé tú también, oh Verdad Infinita,
la luz que ilumine constantemente sus pasos
la luz que ilumine constantemente sus pasos
y les manifieste el camino seguro, disipando ante sus ojos
las nieblas y las sombras del engaño y de la mentira.
Concede que estos jóvenes conquisten la verdad,
Concédeles el sentido sobrenatural de su vocación y misión,
a fin de que se consagren a plasmar en sus almas
la formación de la inteligencia, la consolidación del carácter,
la comunicación de la ciencia y la adquisición de las virtudes,
sin rehuir los sacrificios que procure su tarea.
Infunde, en cada uno de los estudiantes universitarios,
el ánimo, con la conciencia de su responsabilidad,
para corresponder a tan excelentes medios de formación
que nuestra sociedad les ofrece en la Universidad a la que asisten,
un ferviente amor a la verdad y al estudio,
con la esperanza de contarse siempre entre los más fieles hijos de la Iglesia
y valerosos ciudadanos de nuestra patria,
al mismo tiempo que les das ese espíritu de respeto y de disciplina
que nunca son incompatibles con la alegría
y el dinamismo de sus años jóvenes.
Señor, bajo el amparo de María Santísima «Trono de la Sabiduría»,
te suplicamos que, todos unidos, estudiantes junto con sus familiares,
profesores, estudiantes, amigos y colaboradores, formen,
en sus Universidades, una verdadera familia,
un hogar en el que seas Tú el Padre,
un hogar en el que seas Tú el Padre,
a fin de que, como en esta vida
estos jóvenes siguen tus pasos con sus estudios,
estos jóvenes siguen tus pasos con sus estudios,
así puedan en la vida eterna,
contemplarte cara a cara y ser felices por toda la eternidad.
contemplarte cara a cara y ser felices por toda la eternidad.
Por Jesucristo, Nuestro Señor. Amén.
(Basada en una oración del beato Pío XII)
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