sábado, 15 de octubre de 2016

EL CENTENARIO DE LAS APARICIONES DE FÁTIMA...


El 13 de Mayo de 2017, se celebrará el Jubileo de los 100 años de la primera aparición de la Madre de Dios en Fátima, así como el 13 de Octubre lo será para el "milagro del sol".

Hace 99 años, el 13 de octubre de 1917, ante más de 70,000 peregrinos en Fátima (Portugal), se produjo el «Milagro del sol», en el que, luego de la última aparición de la Virgen María a Jacinta, Francisco y Lucía, los tres pastorcitos elegidos por ella, se pudo ver al sol moverse, en una especie de danza, según relataron todos los que estaban ahí. Luego de una lluvia voraz, las ennegrecidas nubes se abrieron y dieron espacio al astro rey, que según los testigos lucía como un suave disco de plata. Entonces, la luz del sol tomó diferentes colores y el sol pareció caer sobre las miles de personas, que se habían ya puesto de rodillas.

El milagro aquel duró alrededor de tres minutos. Además del «Milagro del sol», los pastorcitos comentaron que veían imágenes de Jesús, la Santísima Virgen y San José bendiciendo a la multitud. La Virgen se presentó como la Señora del Rosario.

Fue el día 13 de mayo de 1917 que los tres pastorcitos – Lucia, Francisco y Jacinta – vieron por primera vez a Nuestra Señora en Cova de Iria, en Fátima, Portugal. La Santísima Virgen aparecería a ellos cinco veces consecutivas, casi siempre el día 13 del mes, hasta octubre de aquel año.

El mundo estaba sumergido en las incertezas y en el sufrimiento de la Primera Guerra Mundial, que todavía se complicaría al poco tiempo con la irrupción de la llamada gripe española y, mucho peor, con la victoria de la revolución comunista en Rusia.

Al mismo tiempo, la sociedad aceleraba su caída en la rampa de la crisis de la fe y de la moral hasta llegar al punto en que nos encontramos hoy. Nuestra Señora venía a traer palabras de esperanza, un llamado a la conversión y oración por la conversión de los pecadores. Sobretodo, venía a hacer la promesa de una gran victoria:

«Por fin, Mí Inmaculado Corazón triunfará!»

El mensaje de la Virgen de Fátima sobre el rezo del Santo Rosario comienza el 13 de mayo de 1917. En aquella ocasión Lucía preguntó si ella y Jacinta irían al cielo, y la Virgen les confirmó que sí, pero cuando preguntó por Francisco, la Madre de Dios contestó: «también irá, pero tiene que rezar antes muchos rosarios». Luego la Virgen señaló: «Recen el Rosario todos los días para alcanzar la paz del mundo y el fin de la guerra».

En la segunda aparición la Virgen María se les presentó después que ellos rezaron el Santo Rosario, y en la tercera ocasión Nuestra Señora les dijo: «Cuando recen el Rosario, digan después de cada misterio: "Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu misericordia".»

Para la cuarta aparición, Jacinta le preguntó a la Madre de Dios lo que quería que se hiciera con el dinero que la gente dejaba en Cova de Iría. La Virgen les indicó que el dinero era para la Fiesta de Nuestra Señora del Rosario y que lo que quedaba era para una capilla que se debía construir. Más adelante, tomando un aspecto muy triste, la Virgen les manifestó: «Recen, recen mucho y hagan sacrificios por los pecadores, porque muchas almas van al infierno por no tener quién se sacrifique y rece por ellas».

Al llegar el día de la quinta aparición, los niños pudieron llegar a Cova de Iría con dificultad debido a las miles de personas que les pedían que presentaran sus necesidades a Nuestra Señora. Los pastorcitos se pusieron a rezar el Rosario con la gente y la Virgen, al aparecerles, animó nuevamente a los niños a continuar rezando el Santo Rosario para alcanzar el fin de la guerra.

En la última aparición, antes de producirse el famoso milagro del sol, en el que el astro pareció desprenderse del firmamento y caer sobre la muchedumbre, la Madre de Dios pidió que hicieran en ese lugar una capilla en su honor y se presentó como la «Señora del Rosario». Posteriormente, tomando un aspecto más triste dijo: «Que no se ofenda más a Dios Nuestro Señor, que ya es muy ofendido». Esto sucedió el 13 de octubre de 1917.

El fallecimiento de la Hermana Lucia en 2005, poco antes de la del Papa Juan Pablo II, nos recordó vivamente las apariciones de Fátima. Hasta el fin de su vida, a los 98 años, ella fue un testimonio vivo, y recordaba al mundo las palabras de la Santísima Virgen. San Juan Pablo II, el Papa que más se mostró vinculado a Nuestra Señora de Fátima, nos recordaba el 13 de mayo de 1982: «La invitación evangélica a la penitencia y a la conversión, expresada con las palabras de nuestra Madre, siguen siendo actuales (...) Incluso hoy, es más urgente!»

¡Ha iniciado ya el Año Jubilar de las apariciones de Fátima!

En la parroquia de «NUESTRA SEÑORA DE FÁTIMA» de la colonia Pro-Hogar de la delegación Azcapotzalco, en Cd. de México, se puede ganar la indulgencia plenaria de este centenario, con las condiciones requeridas: participar en la Misa, comulgar estando en gracia y orar por las intenciones del Santo Padre. Allí mismo se está rezando diariamente esta oración del jubileo:

«Señor Jesucristo que en Fátima, Portugal, 
a través de tres niños nos invitas a todos: niños, jóvenes y adultos 
a reflexionar sobre nuestra vida y ser conscientes del error, 
la maldad y el pecado en el mundo, para mejorarlo, 
danos un corazón abierto a tu gracia para experimentar tu amor 
y como discípulos y misioneros tuyos 
trabajemos por nuestras familias 
y nuestra comunidad parroquial, 
para ser testigos de tu misericordia, justicia y paz. 

Virgen María, nuestra Señora de Fátima, 
movidos por el Espíritu Santo, 
a través de tu Inmaculado Corazón nos consagramos 
a Jesucristo nuestro Señor para honra del Padre 
y salvación de la humanidad.

Jesús, que todos te conozcan y te amen,
es la única recompensa que quiero.

Beatos Francisco y Jacinta, rueguen por nosotros.»

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