La Oración Colecta de hoy pide a Dios que nos ayude en nuestras necesidades temporales para que la preocupación por ello no nos impida trabajar en la búsqueda de los bienes eternos. A la luz de esto, como en otras ocasiones, y más ahorita que estoy en un clima de Ejercicios Espirituales, me vienen unas preguntas que conviene hacernos: ¿Cómo vivimos los hombres y mujeres de hoy? ¿Seguimos las advertencias de Cristo con relación a los bienes materiales? ¿O ponemos todo nuestro empeño en buscar dinero para hacernos de cosas y más cosas materiales consiguiendo todo el que se nos antoje, para acumular y acumular? Y ... ¿para qué sirve esa actitud, si al llegar al mundo no trajimos nada, y cuando nos vayamos de este mundo no nos llevaremos nada? (cf. 1 Tim. 6, 7).
Los bienes materiales han sido puestos en nuestras manos por Dios para que seamos buenos administradores. Y eso significa que con ello debemos satisfacer nuestras propias necesidades y las de nuestra familia, pero también debemos satisfacer las necesidades de aquéllos que tienen menos que nosotros. Y la Cuaresma nos ofrece esa oportunidad con la dimensión de la «limosna». Contemplando a María santísima, siempre generosa, busquemos no sólo compartir de lo que nos sobra, sino a veces también de lo que nos es necesario para aprovechar esta práctica cuaresmal. ¡Bendecido miércoles!
Padre Alfredo.
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