viernes, 12 de diciembre de 2014

«La Virgen de Guadalupe, nos enseña a vivir con la prisa del anuncio de la Buena Nueva…

HOMILIA DEL 12 DE DICIEMBRE DE 2014 EN COSTA RICA

Como cada año, nos reunimos como familia Inesiana a celebrar en la Eucaristía el acontecimiento Guadalupano. Nuestra Madre la beata María Inés Teresa del Santísimo Sacramento, nos la dejó como Patrona Principal. Ella quiso que la Santísima Virgen de Guadalupe fuera el alma del alma de Nuestra Familia Misionera.

 

María es Misionera, Ella nos enseña a vivir así.... ­¡Se encaminó presurosa! dice el Evangelio que acabamos de escuchar. Se dirigió a servir a su parienta Isabel, a llevar el gozo de Cristo. A darle al Señor.

 

Al celebrar a Santa María de Guadalupe, celebramos a la Madre Misionera. Ella, la llena de gracia, es la Madre del amor hermoso, la Madre del verdadero Dios por quien se vive y que debe ser conocido y amado por todos.

 

María se encaminó presurosa a las montañas de Judea... ella es la misma María que, vestida de Guadalupana, se encaminó también a nuestro Continente hace casi 500 años a traer la fe. Ella, la llena de gracia, no puede permanecer ni un solo instante sin mostrarnos a su Hijo, el Hijo del verdadero Dios por quien se vive.

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Hoy con ella, estamos de fiesta. ¿Qué nos dice a todos el celebrar esta fiesta un año más y ahora de una manera extraordinaria, con representantes de casi todas las ramas de esta obra misional de la beata María Inés? 

 

La Madre del Cielo, con la tierna y maternal sonrisa que caracteriza su Imagen de Guadalupe nos invita a vivir en fiesta nuestra misión. Hoy, ante su bendita imagen debemos cuestionarnos... ¿Qué tanto me encamino yo también presuroso, siguiendo la voluntad de Dios como misionero, como misionera, al encuentro y al servicio de mis hermanos? 

 

Nuestra beata madre fundadora vivió el ansia misionera. Nosotros somos sus hijos, nos dejó el amor entrañable a la Morenita del Tepeyac que se encamina presurosa al ver que muchos, en nuestras tierras de América, no habían  escuchado hablar de su Hijo porque no lo conocían. Nuestra Madre sintió la misma ansia y sintonizó con Ella en ese ir presurosa, porque, como ella misma decía: “Si no es para salvar almas, no vale la pena vivir”. 

 

Nuestra Madre fundadora, cuyas reliquias yacen ahora a los pies de esta imagen sagrada, quiso, al llevar el conocimiento de Cristo a todos, llevar también el amor a tan dulce Madre y nos dice: "Así pagar‚ a mi dulce Madre un poquito de lo muchísimo que le debo... quisiera que todas las almas de los infieles se enamoraran de María, que la amaran con la ternura y confianza que el niño pequeñito ama y espera todo de su Madre" (Notas I. 10, dic. 1940).

 

Hoy la familia Inesiana está de fiesta en el mundo entero. Es la celebración de Nuestra Patrona principal, es la Celebración de la gran familia: Misioneros de Cristo, Misioneras Clarisas, Misioneras Inesianas y Vanclaristas nos congregamos en esta Casa Pastoral, en esta Casa de Misión para celebrarla. 

 

En nuestros tiempos, hermanos y amigos, hay también muchos que aún no conocen a Jesús, aquí, muy cerquita, tal vez en nuestro mismo barrio, en nuestro mismo grupo de amigos... 

 

Hoy es fiesta de toda la familia Misionera pero también es día del Vanclarista. Día del misionero seglar que la beata soñó, para que Cristo llegara hasta los últimos rincones de la tierra. Pequeños, grandes, solteros, casados, en fin... una vocación para muchos. Una vocación que no es un adorno. Ella los llamó "Brazo derecho" ¿saben lo que eso significa? "Brazo derecho" y lo dice un alma netamente misionera que no tuvo tiempo de quedarse en planeaciones que nunca se realizan, en ilusiones que nunca se ponen en práctica, en lamentaciones de pequeños o grandes fracasos.

 

EL Vanclarista es Misionero y si no está  viviendo ese ser, si se reúne para todo, menos para dar a Dios a los demás, si vive y conoce de todo lo del mundo, menos a Dios, si se llena de todo menos de Dios... ¿Qué es?

Ustedes lo saben... nada.

 

María se encaminó presurosa... ¿cuánto tiempo más podrá esperará  Ella a que nos encaminemos por la senda trazada por Nuestra Madre? ¿cuánto tiempo más tendrá  que esperar el mundo para ver nuestra acción misionera?

 

Todos los que estamos aquí en esta Eucaristáa en donde el Misionero por Excelencia quiere venir a nosotros, sabemos lo que se espera de nosotros. Somos hijos de un corazón misionero que no conoció fronteras de ninguna clase. Un corazón como el de María, sin fronteras para Dios, sin fronteras para los hermanos, un corazón que en todo sintoniza con el la prisa guadalupana por evangelizar, que s la única precisa que deberíamos tener. 

 

Hermanos y Hermanas. El acontecimiento de las apariciones de la tierna Morenita, algo nos debe de decir: Como Misioneras Clarisas, esposas de Cristo, consagradas a El a imitación de María; algo nos debe de decir a los Misioneros de Cristo, que queremos ser apóstoles del verdadero Dios por quien se vive; algo quiere decir a nuestras hermanas Misioneras Inesianas que en medio del mundo llevan a Cristo con prisa en medio del mundo como consagradas; algo debe decir a los Vanclaristas en su día, hombres y mujeres que van por el mundo como san Juan Diego, en su condición de laicos buscando a Dios... ¿No estoy yo aquí que soy tu Madre?

 

La beata, esta tarde, nos diría algo: "Al comenzar las faenas diarias, si es posible, una a una mientras te dispones a practicarlas, se las entregarás, y cuando ya está concluida la dejarás en su regazo maternal diciéndole: por tu amor, por los intereses de Jesús he hecho esto Madre mía... Y permíteme Madre, que sin dejar de ser ABSOLUTAMENTE tuyos mis sacrificios, acciones y oraciones, se los entregue también ABSOLUTAMENTE a Jesús. Contigo trabajar‚ por los intereses de tu Hijo, y con El por los tuyos… ¿no quieres que juguemos a la banca del amor?

 

P. Alfredo Delgado, M.C.I.U.

Moravia, Costa Rica.

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