El agua bendita es un sacramental de la Iglesia Católica. Los sacramentales son signos sagrados, muchas veces con materia y forma (pueden ser «cosas» o «acciones» y que son actos públicos de culto y santificación), por medio de los cuales se reciben efectos espirituales por la intercesión de la Iglesia (Cfr. CIC. no.1166).
Los sacramentales fueron instituidos por la Iglesia, a diferencia de los sacramentos, que fueron instituidos por Cristo. Tienen ciertas semejanzas con los sacramentos. Son signos de la oración de la Iglesia y nos disponen para recibir la gracia. Estos símbolos materiales sacramentales actúan «ex opere operantis», es decir, en razón de la Iglesia. En general los sacramentales dignamente recibidos producen los siguientes efectos: Obtienen las gracias actuales con especial eficacia por la intervención de la Iglesia (ex opere operantis Ecclesiae); perdonan los pecados veniales por vía de impetración (ex opere operantis), en cuanto que por las buenas obras que hacen practicar y por la virtud de las oraciones de la Iglesia excitan en el sujeto sentimientos de contrición y actos de caridad;
a veces perdonan toda o parte de la pena temporal debida por los pecados pasados, en virtud de las indulgencias que suelen acompañar al uso de los sacramentales (por ejemplo el agua bendita) y nos obtienen gracias temporales si son convenientes para nuestra salvación (como el recobrar la salud corporal, defensa contra las tempestades, etc.) A continuación doy respuesta a algunas de las preguntas que con frecuencia surgen en torno al agua bendita:
¿Es el agua bendita el más importante de todos los sacramentales?
Efectivamente. El agua bendita, es el más importante de los sacramentales. El agua , en las Sagradas Escrituras, está relacionada directamente con la Salvación. Ha sido frecuentemente usada en la liturgia desde los inicios de la Iglesia. Desde tiempos de la Iglesia primitiva el agua era objeto de bendición especial antes de que se confiriera el bautismo. Los documentos más antiguos con que se cuenta sobre la bendición del agua (bautismal) son originarios de la Iglesia de África, de finales del S II.
A causa de la bendición a ella adjunta, la Iglesia recomienda encarecidamente a sus hijos el uso del agua bendita, especialmente cuando les amenaza algún peligro. Su uso nos recuerda nuestro bautismo y las promesas que en él hicimos. Nuestras promesas bautismales incluyen renunciar a Satanás y rechazar el pecado, pero es probable que rara vez tengamos esto en mente al usar agua bendita. Todo hogar católico debería tener siempre agua bendita disponible, ya que cada gota de agua bendita contiene tesoros indecibles de auxilio espiritual para el alma y para el cuerpo. El agua bendita es un regalo de Dios para ayudar a las familias a santificar la vida cotidiana y mantener santificadas las cosas que habitualmente se utilizan. Si nos detenemos a pensar en lo que realmente representa para nosotros, la utilizaremos con más frecuencia, conciencia y gratitud. Algunos padres de familia incluso utilizan agua bendita para bendecir las cosas que sus hijos usan regularmente, tales como bicicletas y libros escolares. Muchas personas rocían con agua bendita sus instrumentos de trabajo implorando la bendición de Dios sobre el mismo.
¿Cuáles son los principales efectos del agua bendita?
Si uno se santigua con agua bendita con devoción, ello produce tres efectos: Atrae la gracia divina, purifica el alma y aleja al demonio. El gesto de santiguarse con agua bendita, nos trae gracias divinas por la oración de la Iglesia. La Iglesia ha orado sobre esa agua con el poder de la Cruz de Cristo. El poder sacerdotal ha dejado una influencia sobre esa agua.
Al mismo tiempo, el agua bendita purifica parte de nuestros pecados, tanto los veniales como el reato que quede en nuestra alma.
El agua bendita aleja al demonio. El demonio puede entrar perfectamente en una iglesia, sus muros no le contienen, el suelo sagrado no le refrena; sin embargo el agua bendita sí que le aleja. Aunque nosotros «con los ojos del cuerpo», no podamos ver la Cruz que forma el agua bendita en nuestro cuerpo al santiguarnos, el demonio sí que la ve. Para él esa Cruz es de fuego, es como una coraza que no puede traspasar. Santa Teresa de Ávila, doctora de la Iglesia, tenía una fe profunda en el poder del agua bendita. Ella personalmente la usaba para expulsar al demonio y repeler las tentaciones. «Sé por propia experiencia —decía la santa— que no hay nada mejor que el agua bendita para expulsar al demonio de nuestro lado».
¿Cómo podemos utilizar el agua bendita?
El agua bendita se rocía orando, y a lo largo de la oración de bendición, se reza al Señor para que la aspersión de esta agua nos procure los tres beneficios siguientes: el perdón de nuestros pecados, nuestra defensa contras las trampas tendidas por el Maligno y el don de la protección divina.
La bendición de uno mismo:
En muchos templos, a la entrada, se encuentran pilas o recipientes con agua bendita para que el domingo, día del Señor, los asistentes a la Misa Dominical, al hacer la señal de la cruz con ella recuerden su compromiso de bautizados y además, entre semana, en cada visita, se implore la protección e Dios. Mantener una pila de agua bendita en la casa es una gran idea para usarla bendiciéndose en el hogar.
La bendición de la casa:
La casa es iglesia doméstica y también necesita protección espiritual. Todos podemos rociar agua bendita en nuestros hogares, o se puede pedir a un sacerdote que bendiga formalmente la casa con agua bendita, como parte de la ceremonia de bendición del hogar. Se puede hacer esta oración: Te suplicamos Señor que visites esta casa y repele lejos de ella todos los obstáculos del enemigo, que tus santos ángeles vengan a habitarla para permanecer en la paz y que tu bendición permanezca para siempre sobre nosotros por Cristo Nuestro Señor. Amén. Se reza un Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria.
La bendición a la familia:
Se puede utilizar el agua bendita para orar y hacer la señal de la cruz sobre el cónyuge e hijos antes de ir a dormir por la noche. La unión de la familia entre sí y con Dios de esta manera es una gran tradición familiar para adoptar. Mantener una botellita de agua bendita a un lado de la cama con este propósito es una muy buena costumbre.
La bendición del espacio de trabajo:
Es una gran idea rociar el espacio de trabajo con agua bendita, no sólo para protección espiritual mientras se desempeñan las diversas labores, sino también para santificar el trabajo diario para la gloria de Dios.
La bendición de los vehículos:
Los medios de transporte, probablemente, son el espacio más peligroso en el que se pasa una cantidad significativa de tiempo diario. Nunca hay que subestimar el poder del agua bendita aplicada a los vehículos para mantenerse a salvo del peligro, cuando se utiliza con fe y confianza en Dios. De hecho, también se puede pedir al sacerdote que bendiga los vehículos de la familia o de trabajo con agua bendita.
La bendición del jardín o huerto:
Esta era una práctica común en la Edad Media. La gente rociaba sus huertas con agua bendita. En momentos en que la gente era muy dependiente de los cultivos para su subsistencia, la falta de lluvia o heladas tempranas resultaba devastadora. El uso de agua bendita para bendecir y santificar las plantas que se utilizarían para el sustento de la familia mostraba confianza en la gracia de Dios. Es una práctica que se puede seguir haciendo.
La bendición a los enfermos:
Si hay algún amigo o familiar enfermo, al visitarlo se puede llevar agua bendita y poner un poco al enfermo orando con él, lo cual además será una obra corporal y espiritual de misericordia. Si se visita a los enfermos en un hospital o asilo de ancianos, se puede rociar el agua bendita invocando la bendición de Dios sobre su espacio vital y déjales una botella de agua bendita como un consuelo en sus momentos de necesidad.
La bendición de las mascotas:
Muchas parroquias en la fiesta de San Francisco de Asís tiene un rito de bendición para mascotas. Las mascotas son amados compañeros para individuos y familias y, a menudo nos proporcionan un gran servicio, e incluso estos pueden ser bendecidos con agua bendita, porque toda la creación tiene el fin de dar gloria a Dios. Esto también se aplica a los animales de granja que proveen mano de obra, medios de subsistencia y alimento para los seres humanos.
¿Es mágica el agua bendita?
No. El agua bendita no es como enseñan muchos curanderos, brujos y adherentes de la Nueva Era (New Age) como algo mágico que contenga propiedades energéticas para limpiar el hogar, o lavar cualquier tipo de objetos, (vasijas, muebles, o cuadros) ni tampoco para traerla colgada al cuello para prevenir el mal de ojo, ni contra los vampiros, ni contra las reumas, ni se usa con fines supersticiosos de buena suerte para bendecir objetos deportivos como raquetas o balones. El agua bendita no es un talismán para guardarse de las influencias negativas ni para rociar billeteras o bolsos para que se multiplique el dinero.
A raíz del mal uso del agua bendita y de otros sacramentales y de sus abusos, es de donde los no-caóticos muchas veces se basan para atacar estas practicas católicas y tacharlas de propias de fanáticos. Debemos conocer bien el uso debido del agua bendita y enseñar al que no sabe que significa este sacramental.
Alfredo Delgado Rangel, M.C.I.U.