La presencia de la Iglesia Católica en Internet es una realidad cada vez más fuerte. El papa Francisco, hace poco –en su mensaje para la Jornada de las Comunicaciones Sociales– acaba de decir: "No tengan miedo de hacerse ciudadanos del mundo digital", y agregó incluso que Internet "es un don de Dios", aunque advirtió de algunos peligros a los que pueden conllevar, como la "exclusión" y "la manipulación".
Muchos miembros de la Iglesia utilizan Internet para hacer consultas, profundizar en diferentes temas, hacer tareas y buscar orientación sobre muchas cosas. Incluso ahora es facilísimo acercarse al Magisterio de la Iglesia y en unos cuantos instantes uno tiene las palabras que el Papa y los Obispos acaban de pronunciar; lo mismo que podemos tener acceso a muchísimos documentos de la Iglesia. Sin embargo, como dice el Papa Francisco, hay que tener cuidado con los peligros que representan algunos sitios que se presentan como «católicos» sin serlo.
Leyendo en varios sitios de Internet, encontré algunos criterios que resumí en 3 que creo vale la pena considerar al visitar un sitio, ya que muchos «guglean» (Googlear, guglear o googlear es un neologismo que es cada vez más común entre los usuarios de internet que utilizan el buscador Google. Su significado se puede traducir por buscar en la web utilizando expresamente el motor de búsqueda Google. La Sociedad Americana de Dialectos eligió el verbo to google como el verbo más útil de 2009) esperando acercarse más a la Iglesia para resolver dudas, crecer en la fe, encontrar horarios de Misas y demás...
1. No basta que el sitio diga «católico».
El hecho de que aparezca la palabra «católico» no es una razón suficiente para que un sitio de Internet lo sea de modo efectivo. Algunas páginas se registran con ese apelativo porque los autores saben que pueden ganar más visitas.
Hay que tomar en cuenta que algunos maliciosos tienen como tarea llegar a fieles católicos pero no para ayudarlos a crecer en su fe, sino para apartarlos de ella o confundirlos, sembrando en ellos la duda y motivándolos a no ser fieles al Magisterio de la Iglesia legítimamente interpretado y transmitido por el Papa y los Obispos.
2. Hay que fijarse en la afinidad con el Magisterio.
Un criterio inicial para discernir si tal o cual portal de Internet es o no un sitio católico, es la afinidad que tenga con el Magisterio de la Iglesia. Incluso hay que fijarse en las fotografías y en los pequeños comentarios.
Un portal católico jamás contendrá ideas contrarias a las enseñanzas de la Iglesia, sobre todo en temas de dogmática, moral, eclesiología o sacramentos. Es fácil darse cuenta de que un sitio no vale la pena si se promueve la crítica o se promueven prácticas contrarias a lo que el Papa o, en virtud de su puesto, sus colaboradores más cercanos, Cardenales, Arzobispos y Obispos dicen o transmiten.
3. Revisar quién es el autor del portal, página o blog.
Un portal auténticamente católico está vinculado normalmente a la Iglesia en sus diferentes espacios: La Santa Sede, un organismo dependiente directamente de ella (por ejemplo un dicasterio como el Consejo Pontificio para las Comunicaciones Sociales, entre muchos otros); una diócesis o una parroquia; una congregación religiosa, organización o un movimiento de apostolado debida y previamente aprobado por la Iglesia. Hay algunos espacios católicos (de eglares o consagrados) que aparecen a título personal pero están respaldados.
Ciertamente no hay –hasta ahora por lo menos– un organismo encargado de conferir cédulas de catolicidad a los espacios en Internet, pero con estos tres puntos, será más fácil discernir sobre lo que vale la pena.
Alfredo Delgado, M.C.
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