domingo, 30 de enero de 2011

El valor de la Misa Dominical...

Son muchas las personas que piensan que el asistir a misa dominical no tiene la mínima importancia, piensan que basta ser buenos y ponen miles de excusas, desde las más sencillas como la clásica de “es el día en el que puedo lavar” o “es el único día que tengo para ir de compras”, hasta llegar a los que dicen que no van porque los que asisten a misa son puros hipócritas. Hay quienes dicen que rezan mucho en su casa, que se saben el rosario o que leen la Biblia sin necesidad de ir a la Iglesia. 

Cuando para el católico el domingo pierde su significado fundamental de “día del Señor” y se transforma en un simple fin de semana (“weekend”), es decir un día de pura evasión y diversión, queda prisionero de un horizonte terreno tan estrecho que no deja siquiera ver el cielo (cf. Carta Apostólica de Juan Pablo II “Dies Domini”, 4). La participación en la misa dominical es siempre fundamental para vivir la existencia cristiana, y eso vale de modo especial ante los grandes desafíos de hoy. 

La misa del domingo es el manantial del vigor misionero que se fortalece en el encuentro frecuente con Jesús en la Palabra y en la Eucaristía, es fuente y cumbre de la vida cristiana que lleva al creyente al encuentro con Jesucristo vivo, camino de conversión, comunión y solidaridad. 

La participación en la misa dominical es distintivo característico del cristiano y una exigencia para alimentar la propia fe y para dar fuerza al testimonio cristiano. Sin la misa dominical y de los demás días festivos, faltaría el corazón mismo de la vida cristiana. 

1. No faltes a misa. Nadie podrá descubrir el valor de la misa si no asiste. 

2. Vive la Misa. Es decir, no te quedes ¡como de cuerpo presente! Pon atención, responde, reza, canta, evita las distracciones, etc. Es decir, "goza" la Misa como decía Madre Inés: “Celebrando con el sacerdote”.

3. Estudia un poco. No se ha inventado otro sistema para aprender lo que uno no sabe. Para gozar la santa misa hay que entenderla, para entenderla hay que saber qué es. Hay muchísimos libros y folletos,. Y además, tenemos muchos webs católicos como éste en Internet para informarte sin salir de casa y preparar la misa dominical.

4. Lee y medita los textos de la Liturgia. Hay un misal anual o mensual que puedes comprar y subrayar. La misa tiene una riqueza inagotable, de manera que nadie que medite las partes y oraciones de la misa puede aburrirse. Es absolutamente imposible querer entender la misa si la gente solamente se centra en lo que en la homilía se pueda decir. Cuando se valora cada una de sus partes no se encuentra un límite, de manera que siempre se encuentran nuevos sentidos, matices, dimensiones, etc. 

5. Prepárate espiritualmente, ora, confiésate, asiste a algún grupo de meditación bíblica y pide una especial luz a María, ella te llevará al encuentro con su Hijo Jesús. 

¡Te esperamos en la Misa Dominical!

Alfredo Delgado, M.C.I.U.

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