CANTO INICIAL:
«ESTÁS AQUÍ»
Estás aquí, aunque no te pueda ver,
pues escondes tu gloria y majestad.
Estás aquí, revestido solamente del amor,
bajo la forma de un pan.
Con sencillez, te me vienes a entregar
y en mi interior, vas haciendo maravillas,
corazón con corazón, en profunda comunión,
me haces templo de la Santa Trinidad (2).
Ven y cena conmigo, ven y mora en mi hogar,
ven y nunca me dejes, pues sin ti me moriría,
me haz herido con tu amor, ven y mora en mi interior,
de ti quiero comulgar señor (2) .
(Se hace la exposición del Santísimo como de costumbre)
Lector 1: Como Jesús vive del Padre y para el Padre, así, comulgando el santo misterio de su Cuerpo y de su Sangre, nosotros vivimos de Jesús y para Jesús.
Lector 2: Hoy estamos ante Jesús Eucaristía para dar gracias por este alimento que nos llena de vida para darla a los demás.
Lector 1: Somos discípulos-misioneros que no podemos pensar en tenerte, Señor Jesús, solo para quedarte con nosotros sin llevarte a los demás.
Lector 2: Aquí, en adoración, acompañados de tu Madre Santísima, queremos que nos des vida, y vida en abundancia para darla a los demás.
Lectores 1 y 2: Tú eres, Señor, el Pan de vida.
(Momentos de silencio para meditar.)
CANTO PARA MEDITAR:
«SEÑOR, ¿A QUIÉN IREMOS?»
¿Señor, A Quién Iremos?
Tú Tienes Palabras De Vida,
nosotros Hemos Creído,
que Tú Eres El Hijo De Dios...
Soy El Pan Que Os Dá La Vida Eterna;
El Que Viene a Mí No Tendrá Hambre,
El Que Viene a No Tendrá Sed:
Así Ha Hablado Jesús...
¿Señor, A Quién Iremos?...
No Busqueis Alimento Que Perece,
Sino Aquel Que Perdura Eternamente;
El Que Ofrece El Hijo Del Hombre,
Que El Padre Os Ha Enviado...
¿Señor, A Quién Iremos?...
Pues Si Yo He Bajado Del Cielo,
No Es Para Hacer Mi Voluntad,
Sino La Voluntad De Mi Padre,
Que Es Dar Al Mundo La Vida...
¿Señor, A Quién Iremos?...
El Que Viene Al Banquete De Mi Cuerpo,
En Mi Vive Y Yo Vivo En El,
Brotará En Él La Vida Eterna,
Y Yo Lo Resusitaré...
¿Señor, A Quién Iremos?...
(Momentos de silencio para meditar.)
Monitor: Entonemos el canto del Aleluya para escuchar luego la palabra del Señor. Nos ponemos en pie.
(Se entona un canto de Aleluya y si está presente un Presbítero, un Diácono o un Lector instituido, le corresponde hacer la lectura del Evangelio, en otro caso, puede ser leído por otra persona designada para el caso.)
Del Evangelio según San Juan. (Jn 6,27-35).
En aquel tiempo dijo Jesús: 27 «Trabajen, no por el alimento de un día, sino por el alimento que permanece y da vida eterna. Este se lo dará el Hijo del hombre; él ha sido marcado con el sello del Padre.» 28 Entonces le preguntaron: «¿Qué tenemos que hacer para trabajar en las obras de Dios?» 29 Jesús respondió: «La obra de Dios es ésta: creer en aquel que Dios ha enviado.» 30 Le dijeron: «¿Qué puedes hacer? ¿Qué señal milagrosa haces tú, para que la veamos y creamos en ti? ¿Cuál es tu obra? 31 Nuestros antepasados comieron el maná en el desierto, según dice la Escritura: Se les dio a comer pan del cielo.» 32 Jesús contestó: «En verdad les digo: No fue Moisés quien les dio el pan del cielo. Es mi Padre el que les da el verdadero pan del cielo. 33 El pan que Dios da es Aquel que baja del cielo y que da vida al mundo.» 34 Ellos dijeron: «Señor, danos siempre de ese pan.» 35 Jesús les dijo: «Yo soy el pan de vida. El que viene a mí nunca tendrá hambre y el que cree en mí nunca tendrá sed. Palabra de Dios.
(Si está presente un sacerdote o diácono se puede tener en este momento una breve homilía.)
Monitor: Respondamos ahora a la Palabra con el salmo 77 y digamos todos:
R/. El Señor les dio pan del cielo.
Lectores 1 y 2:
Lo que oímos y aprendimos,
lo que nuestros padres nos contaron,
lo contaremos a la futura generación:
Las alabanzas del Señor, su poder,
las maravillas que realizó.
R/. El Señor les dio pan del cielo.
Lector 1:
Dio orden a las altas nubes,
abrió las compuertas del cielo:
Hizo llover sobre ellos maná,
les dio pan del cielo.
R/. El Señor les dio pan del cielo.
Lector 2:
El hombre comió pan de ángeles,
el Señor les mandó provisiones hasta la hartura.
Los hizo entrar por las santas fronteras
hasta el monte que su diestra había adquirido.
R/. El Señor les dio pan del cielo.
(Momentos de silencio para meditar.)
Monitor: La unión con el Señor Jesucristo, que está vivo y se ha quedado en la Eucaristía, no puede darse si no es por medio del amor; gracias al cual, conservando Dios su naturaleza y nosotros la nuestra, dos seres vivientes, él el Creador y yo la criatura, nos fundimos para ser uno, como el Padre y Jesús son uno.
Lector 2: Conservando nuestra propia identidad, Tú, Señor Jesús, nos alimentas para fortalecernos, para darnos vida.
Lector 1: Comulgamos plena y definitivamente contigo, Señor Jesús, que te has entregado a nosotros en el Pan Eucarístico, solo cuando llegamos a decirle, con simplicidad y sinceridad de corazón como Pedro: «Señor, tú lo sabes todo, Tú sabes que te amo» (Jn. 21, 16).
Lector 2: Nosotros entramos en comunión misteriosa contigo, y a través de Ti, Señor, con toda la Trinidad: con el Padre, mediante tu alimento, en el Espíritu Santo.
Lector 1: Toda la Santísima Trinidad está presente, aunque invisible, en estos momentos de oración.
Lector 2: Te contemplamos, Señor Jesús, aquí en el atar, eres el mismo Cristo indiviso queme invita a ser alimento para hermano que está junto a mí cada día. Tú nos dices: «Denles ustedes de comer».
CANTO PARA MEDITAR:
«EL PAN SABROSO»
Qué bueno es el Pan que Tú nos das,
regalo de tu amor, Jesús.
Qué bueno es el Pan que Tú nos das,
el Pan sabroso que eres Tú.
Tú que hartaste a tu pueblo en el desierto,
danos pan y esperanza en el camino.
Qué bueno es...
Tú, Señor, que los panes multiplicas,
toma en tus manos nuestras ansias e ilusiones.
Qué bueno es...
En el largo recorrer de nuestra ruta
sólo Tú podrás salvar la fe del cielo.
Qué bueno es...
No nos sacian las migajas de placeres
que a su paso va ofreciendo nuestra vida.
Qué bueno es...
Momentos de silencio para meditar.
Monitor: Señor Jesús, alimento de nuestras almas en la Eucaristía, Tú nos invitas a gozar de tu presencia en estos ricos momentos de adoración. Escucha nuestras súplicas y bendice nuestro ser y quehacer para que nunca nos falte el alimento de tu Palabra y de tu Eucaristía:
R/. Tú eres, Señor, el Pan de vida.
Danos tu bendición y concédenos todas las gracias, que necesitamos, para amarte y servirte con la mayor fidelidad. R/.
Bendice, Señor, a nuestro Santísimo Padre el Papa, vuestro Vicario en la tierra; ilumínale, santifícale y líbrale de todos sus enemigos para que nos siga alimentando de Ti. R/.
Bendice a la Iglesia haz que tu luz brille en todas las naciones; y que todos te conozcan y te amen. R/.
Bendice a los sacerdotes, santifícalos y multiplícalos. R/.
Bendice y protege a nuestra nación. R/.
Bendice a todos nuestros familiares y amigos y concédeles la bienaventuranza eterna. R/.
Bendice a los que nos han ofendido y cólmalos de beneficios. R/.
Bendice a todos los deprimidos, los angustiados, los que se encuentran solos y haz que vivan todos en tu gracia y amistad y que un día nos reunamos con ellos en la Gloria. R/.
Da el descanso eterno a todas las almas de los fieles difuntos que están en el Purgatorio. R/.
Da la salud a los enfermos. Convierte a todos los pecadores. Danos a todos tu divino amor, para que la fe que nos impide ahora ver tu santísimo rostro se convierta un día en luz esplendorosa en la Gloria, donde en unidad con el Padre y el Espíritu Santo te alabemos y bendigamos por los siglos de los siglos. Amén.
Monitor: Dentro de un rato volveremos a las ocupaciones habituales de cada día, pero vamos alimentados con esta oración ante Ti, Señor, Pan de vida. . En el trabajo y en el descanso, nos acordaremos de Ti, y procuraremos vivir con la dignidad que merece tu amistad divina.
CANTO PARA RECIBIR LA BENDICIÓN CON EL SANTÍSIMO:
«ADORO TE DEVOTE»
Adoro te devote, latens déitas,
que sub is figuris vere látitas.
Tibi se cor meum totum súbiicit,
quia te contémplans totum déficit
Visus, tactus, gustus in te fállitur,
sed audítu solo tuto créditur;
credo quidquid dixit Dei Filius:
nil hoc verbo veritátis vérius
In Cruce latebat sola déitas,
at hic latet simul et humánitas;
ambo tamem crédens atque cónfitens,
peto quod petivit latro póenintens.
Plagas, sicut Thomas, non intúeor,
Deum tamen meum te confíteor;
fac me tibi semper magis crédere,
in te spem habere, te dilígere.
¡O memoriále mortis Dómini!
Panis vivus, vitae praestans hómini;
praesta meae menti de te vívere,
et te illi semper dulce sápere.
Pie pellicáne, Iesu Dómine,
me immundum munda tuo sánguine;
cuis una stilla salvum fácere
totum mundum quit ab omni scélere.
Iesu, quem velatum nunc aspicio,
oro, fiat illud quod tam sítio;
ut te reveláta cernens fácie,
visu sim beátus tuae glóriae.
Amen.
Ministro: Nos diste, Señor, el Pan del cielo,
Todos: Que en sí contiene todas las delicias.
Ministro: Señor nuestro Jesucristo, que en este admirable Sacramento nos dejaste el memorial de tu pasión concédenos, venerar de tal modo los sagrados misterios de tu Cuerpo y de tu Sangre, que experimentemos constantemente los frutos de tu Redención. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén
(Si está presente un sacerdote o diácono, se dará la bendición del forma acostumbrada, de otra manera, se hace la reserva).
Alabanzas al Santísimo Sacramento en reparación de las blasfemias
Bendito sea Dios.
Bendito sea su Santo Nombre.
Bendito sea Jesucristo, verdadero Dios y verdadero Hombre.
Bendito sea el Nombre de Jesús.
Bendito sea su Sacratísimo Corazón.
Bendita sea su Preciosísima Sangre.
Bendito sea Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar.
Bendito sea el Espíritu Santo Consolador.
Bendita sea la excelsa Madre de Dios, María Santísima.
Bendita sea su Santa e Inmaculada Concepción.
Bendita sea su gloriosa Asunción.
Bendito sea el Nombre de María, Virgen y Madre.
Bendito sea San José, su castísimo esposo.
Bendito sea Dios, en sus Ángeles y en sus Santos.
CANTO PARA MEDITAR:
«EL PAN SABROSO»
El que viene a mi no tendrá hambre
El que cree en mi no tendrá sed
Nadie viene a mi, si el Padre no lo llama.
Yo lo resucitaré, yo lo resucitaré,
Yo lo resucitaré, en el día final.
El Pan que yo daré,
es mi Cuerpo, vida del mundo.
El que coma de mi carne tendrá vida eterna,
tendrá vida eterna.
Yo lo resucitaré...
Mientras no comas
el Cuerpo del hijo del hombre,
y bebas de su sangre, y bebas de su sangre,
no tendrás vida en ti.
Yo lo resucitaré...