Hoy que es día de San Isidro labrador, haciendo referencia a él para pedir su intercesión, la Oración Colecta señala dos de sus virtudes que, aunque él no fue maestro, las creo del todo necesarias para todo docente. Se trata de la humildad y la sencillez. Todos recordamos, en lo profundo de nuestra memoria, a aquel educador, profesor o maestro que dejó huella en nosotros. Pero esta impronta no se debía tanto a lo que decía como al modo humilde y sencillo en que se relacionaba con nosotros, a la pasión con la que explicaba, a la impresión que nos causaba su persona o a la confianza que depositó en nosotros. Era su humanidad la que dejó huella en la nuestra, fue su corazón servicial el que tocó el nuestro, el que hizo vibrar nuestras cuerdas con la longitud de onda de las suyas. Este maestro nos educó desde el corazón.
Agradezcamos al Señor la oportunidad que nos da para recordarles en este día y rogarle al Señor, por intercesión de María santísima, Madre del Maestro, que aumente el número de maestros católicos que no hagan a un lado sus convicciones religiosas para que dejen la huella de Cristo en los alumnos. La beata María Inés Teresa del Santísimo Sacramento decía que la tarea del maestro es fundamentalmente la de formar a Cristo en el alumno. ¡Bendecido miércoles!
Padre Alfredo.
P.D. Felicito e manera especial a mi queridísima profesora Magda Yolanda Villarreal Fernández, mi formidable maestra de matemáticas en secundaria, con quien mantengo contacto hasta la fecha. A mis hermanas Misioneras Clarisas que están en los colegios de nuestra Familia Inesiana ya todos mis amigos y amigas que con gozo, compromiso, humildad y sencillez, realizan esta tarea.