En el día de la dedicación de la basílica bajo el título de «San Miguel», en la vía Salaria, en Roma, se celebran juntamente tres arcángeles, de quienes la Sagrada Escritura nos revela sus nombres y las misiones singulares que, a quienes sirviendo a Dios día y noche, y contemplando su rostro, glorificándolo sin cesar, ha encomendado una misión especial en la tierra. La etimología de la palabra "ángel" procede del latín angelus, y este a su vez del griego ágguelos o mal'akj en hebreo, que quiere decir "mensajero" o "servidor" de Dios (Hebreos 1,7).
Santo Tomás de Aquino enseñaba que los ángeles fueron creados antes que el hombre, porque un ángel rebelde a Dios, fue el culpable de la caída de nuestros primeros padres. Se admite entonces que el Padre del cielo los creó en un principio, cuando sacó de la nada el universo (Concilio de Letrán, 1215). Hay en estos seres espirituales tres instantes: su creación, la prueba de obediencia a que fueron sometidos por Dios, y el premio en el cielo para los ángeles buenos, y el castigo en el infierno para los ángeles malos.
San Gregorio Magno afirmaba que "casi todas las páginas de la revelación escrita, dan testimonio de los ángeles". En la Biblia se registran cerca de 400 veces; tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento. En la vida del Hijo de Dios, se encuentran desde su nacimiento en el portal de Belén, hasta su triunfante resurrección en Jerusalén, y regreso al cielo. Por eso, Cristo Jesús es superior a todos ellos (Hebreos 1,4), creados por él ( Colosenses 1,16); y sometidos bajo su autoridad y poder (1Pedro 3,22).
Los Arcángeles, junto con los Principados y los Ángeles propiamente llamados así, son los ángeles más cercanos a los humanos. Todos los Ángeles son mensajeros de anuncios importantes. Son llamados «Arcángeles», como los «Ángeles» precisamente porque ejercen un oficio de mensajeros. Los que transmiten mensajes de menor importancia se llaman Ángeles, los que anuncian cosas de gran trascendencia se llaman Arcángeles”.
En el libro de Tobías (12,15) San Rafael se presenta como «uno de los siete ángeles que están delante de la gloria del Señor y tienen acceso a su presencia». En el Apocalipsis (8,2) San Juan describe: «vi a los siete Ángeles que estaban delante de Dios, y ellos recibieron siete trompetas». Por estas dos citas bíblicas se afirma en la Iglesia que existen 7 Arcángeles aunque sólo conocemos tres nombres de Arcángeles: Miguel, Rafael y Gabriel. Los otros nombres (Uriel, Barachiel o Baraquiel, Jehudiel, Saeltiel) aparecen en los libros apócrifos de Enoc, el cuarto libro de Esdras y en algunos escritos de la literatura rabínica. Sin embargo, la Iglesia solamente reconoce los tres nombres que se encuentran en las Sagradas Escrituras. Los demás pueden servir como referencia, pero no son doctrina.
SAN MIGUEL ARCÁNGEL:
Miguel significa «¿Quién como Dios?» y su nombre viene del hebreo «Mija-El», que significa eso: «¿Quién como Dios?» y que, según la tradición de la Iglesia, fue el grito de guerra en defensa de los derechos de Dios cuando Lucifer se opuso a los planes salvíficos y de amor de nuestro Creador. La Iglesia Católica ha tenido siempre una gran devoción a San Miguel Arcángel, especialmente para pedirle que nos libre de las perversidades y asechanzas del demonio y de los espíritus infernales. Se le suele representar con el traje de guerrero o soldado centurión poniendo su talón sobre la cabeza del enemigo.
Para los hebreos es el Arcángel protector frente al poderío de Persia y Grecia, antiguo patrono de la sinagoga. En la Iglesia de Oriente, así como entre los teólogos de Occidente, se nombra a San Miguel como virrey del cielo, príncipe de la luz, jefe de todos los ejércitos angelicales, custodio de la Iglesia Católica desde hace más de diez siglos, acompañante de las almas en la eternidad, y el ángel del juicio final (1Tesalonisense 4,16). Es además, el guerrero celestial que peleó con el Diablo encima del cuerpo de Moisés (Judas 9); y en el cielo contra el Dragón y sus ángeles rebeldes (Apocalipsis 12,7). Es pues, el símbolo del eterno triunfo de la luz sobre las tinieblas.
San Miguel Arcángel se ha manifestado en varias oportunidades. En Roma se representa en una estatua de bronce desde lo alto del castillo de Saint'Angelo, con resplandeciente armadura, en el acto de envainar su espada mientras contempla la Ciudad Eterna, cuando se posó durante una epidemia, en tiempos del pontificado de San Gregorio Magno en el año 590. Se le han construido enormes santuarios como en monte Saint Michel, en la costa francesa, coronado por una antigua abadía benedictina del siglo XI. El oratorio fue erigido en el año 709. El lugar era un pico que emergía sobre el bosque de ScissY; se afirma que inmediatamente después de haber cumplido monseñor Aubert con el mandato del arcángel, se produjo una tremenda marea que le dio al lugar su forma actual. Durante las cruzadas en Tierra Santa, eran frecuentes los relatos, contados incluso por los propios sarracenos sobre grandes ejércitos del cielo en ayuda de los templarios (monjes-guerreros), comandados por el propio San Miguel. Por un espacio de dos años, se apareció a Santa Juana de Arco, en compañía de Santa Catalina de Alejandría y Santa Margarita. El Papa León XIII compuso una oración invocando la protección del santo arcángel, que fue enviada a todos los obispos en 1886. Esta plegaria nació después que el Vicario de Cristo al terminar una misa , tuvo una visión de los espíritus infernales que se juntaban sobre la ciudad eterna de Roma.
SAN GABRIEL ARCÁNGEL:
Gabriel significa «Fuerza de Dios» y aparece en el Antiguo Testamento en el libro de Daniel explicándole al profeta una visión del carnero y el chivo (Dn. 8), así como instruyéndolo en las cosas futuras (Dn. 9,21-27). En los Evangelios, San Lucas (1,11-20) lo menciona anunciando a Zacarías el nacimiento de San Juan Bautista y a la Santísima Virgen María (Lc. 1,26-38) que concebirá y dará a luz a un hijo a quien pondrá por nombre Jesús. San Gabriel Arcángel es conocido por muchos, en la religiosidad popular, como el «ángel mensajero», se le representa con una vara de perfumada azucena y es patrono de las comunicaciones y de los comunicadores porque trajo al mundo la más bella noticia con la Anunciación.
San Gabriel Arcángel se sienta a la izquierda de Dios, Jefe de los querubines, es el ángel de la misericordia, la revelación y la muerte. En el Nuevo Testamento le comunica a Zacarías que sería el padre del precursor del Mesías (Juan Bautista) (Lucas 1,11-20), es el portavoz de la anunciación a María (26-30). Algunos teólogos piensan que fue el ángel que consoló a Jesús en el huerto del Gethsemaní (22,43), y el que toca la trompeta en el libro del Apocalipsis. Uno de los frescos más antiguos sobre este arcángel, se conserva en una capilla de la Vía Apia, en Roma; probando así que desde el principio fue venerado en la Iglesia Católica. San Gabriel es también nombrado por los musulmanes, quienes creen que fue el mensajero celestial que sirvió como transmisor de la palabra de Alá, cuando dictó el libro del Corán a su profeta Mahoma.
SAN RAFAEL ARCÁNGEL:
Rafael en hebreo quiere decir «Dios te sana». Su nombre se menciona en el libro de Tobías, en el Antiguo Testamento, y figura en varios capítulos. Allí se lee que Dios envía a este Arcángel para que acompañe a Tobías en un viaje, en el que se casó con Sara. De igual manera San Rafael le indicó a Tobías cómo devolverle la vista a su padre. Por esta razón es invocado para alejar enfermedades y lograr terminar felizmente los viajes y se le conoce como «Medicina de Dios».
San Rafael Arcángel es el guardián del árbol de la vida en el Edén (Génesis 3,24), y jefe del órden de las virtudes, es además el ángel de la providencia, que cuida a la humanidad y a los peregrinos. En el Antiguo Testamento le sirvió de guía a Tobías, indicándole como devolverle la vista a su padre Tobit en Nínive (11, 7-8). Es "uno de los siete ángeles que están al servicio del Señor y que puede entrar ante su presencia gloriosa" (12,15).
En su liturgia, la Iglesia Católica se une a los ángeles para adorar a Dios e invoca su asistencia, pero celebra sólo la memoria a los santos arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael, así como a los ángeles custodios.
Alfredo Delgado Rangel, M.C.I.U.
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