martes, 4 de octubre de 2016

TRIDUO A NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO...


PRIMER DÍA DEL TRIDUO.

ORACIÓN INICIAL PARA CADA DÍA:

Acuérdate, !oh piadosísima Virgen María!, que jamás se ha oído decir que ninguno que recurriese a tu patrocinio e implorase tu socorro haya sido desamparado. Animado de esta confianza vengo a ti, me refugio en ti, yo pecador  gimo delante de ti, no quieras, ¡oh Madre de la Palabra eterna!, despreciar mis oraciones, mas óyelas favorable y haz lo que te suplico.  Amén. (San Bernardo de Claraval)

DÍA PRIMERO:
Oración de Santo Tomás de Aquino (1225-1274). Doctor de la Iglesia.

Concededme, oh Reina del cielo, que nunca se aparten de mi corazón el temor y el amor de tu Hijo santísimo; que por tantos beneficios recibidos, no por mis méritos, sino por la largueza de su piedad, no cese de alabarle con humildes acciones de gracias; que a las innumerables culpas cometidas suceda una leal y sincera confesión y un firmísimo y doloroso arrepentimiento, y, finalmente, que logre merecer su gracia y su misericordia. Suplico también, oh puerta del cielo y abogada de pecadores, no consientas que jamás se aparte ni desvíe este siervo tuyo de la fe, pero particularmente que en la hora postrera me mantenga con ella abrazado; si el enemigo esforzare sus astucias, no me abandone tu misericordia y tu gran piedad. Por la confianza que tengo en ti puesta, alcánzame de tu santísimo Hijo el perdón de todos mis pecados y que viva y muera gustando las delicias de tu santo amor.

PETICIÓN E INVOCACIONES :
Se hace la petición y se rezan invocaciones siguientes, seguidas cada una de un Avemaría.

Madre del Santo Rosario en todos los instantes de mi vida acuérdate de mí, pobre pecador. Avemaría.
Reina del Santo Rosario, se mi amparo y defensa en las tentaciones de mis enemigos. Avemaría.
Abogada mía y Refugio mío, por el rezo del Santo Rosario ampárame en el trance de la muerte y ábreme las puertas del cielo. Ave María.

ORACIÓN FINAL PARA CADA DÍA:

¡Oh santísima Señora, excelentísima Madre de Dios y piadosísima Madre de los hombres! Después de Dios, tú eres la única esperanza de los pecadores y la mayor confianza de los justos. La Iglesia te llama vida, dulzura y esperanza nuestra, y todos los pueblos ponen en ti sus ojos, esperando de ti todas las gracias. Nosotros también, dulce abogada, acudimos a ti en estos días, instándote para que nos oigas y concedas las gracias que te pedimos. Danos, en primer lugar, un amor sincero a tu divino Hijo, observando su santa ley cristiana; alcánzanos también la salud del cuerpo y la serenidad del espíritu, la paz en la familia y la suficiencia de medios para la vida; concédenos, en fin, una santa muerte en la santa Iglesia católica. Amen.

Ave María Purísima.
Sin pecado original concebida. Amén.

SEGUNDO DÍA DEL TRIDUO

ORACIÓN INICIAL PARA CADA DÍA:

Acuérdate, !oh piadosísima Virgen María!, que jamás se ha oído decir que ninguno que recurriese a tu patrocinio e implorase tu socorro haya sido desamparado. Animado de esta confianza vengo a ti, me refugio en ti, yo pecador  gimo delante de ti, no quieras, ¡oh Madre de la Palabra eterna!, despreciar mis oraciones, mas óyelas favorable y haz lo que te suplico.  Amén. (San Bernardo de Claraval)

DÍA SEGUNDO:
Oración de San Atanasio de Alejandría (295-373). Doctor de la Iglesia.

Propio es de ti, Señora, que siendo tú, al mismo tiempo que esclava del Señor, Madre de Dios, Reina y Señora, pues Dios quiso también ser Hijo tuyo, no apartes de nosotros tu memoria, habiendo de presentarnos ante el soberano e inexorable Juez, que, si a nosotros nos infunde pavor, es para contigo sobremanera amable y te otorga cuantas gracias le pides, pues eres llamada llena de gracia y de alegría por haber sobrevenido en ti el Espíritu Santo. Por esto, aun los ricos de la nación, los más favorecidos en justicia y santidad, claman a ti e invocan tu protección. No nos cierres las puertas de tu pecho, y deja que fluya sobre nosotros el mar de gracias que encierra.

PETICIÓN E INVOCACIONES :
Se hace la petición y se rezan invocaciones siguientes, seguidas cada una de un Avemaría.

Madre del Santo Rosario en todos los instantes de mi vida acuérdate de mí, pobre pecador. Avemaría.
Reina del Santo Rosario, se mi amparo y defensa en las tentaciones de mis enemigos. Avemaría.
Abogada mía y Refugio mío, por el rezo del Santo Rosario ampárame en el trance de la muerte y ábreme las puertas del cielo. Ave María.

ORACIÓN FINAL PARA CADA DÍA:

¡Oh santísima Señora, excelentísima Madre de Dios y piadosísima Madre de los hombres! Después de Dios, tú eres la única esperanza de los pecadores y la mayor confianza de los justos. La Iglesia te llama vida, dulzura y esperanza nuestra, y todos los pueblos ponen en ti sus ojos, esperando de ti todas las gracias. Nosotros también, dulce abogada, acudimos a ti en estos días, instándote para que nos oigas y concedas las gracias que te pedimos. Danos, en primer lugar, un amor sincero a tu divino Hijo, observando su santa ley cristiana; alcánzanos también la salud del cuerpo y la serenidad del espíritu, la paz en la familia y la suficiencia de medios para la vida; concédenos, en fin, una santa muerte en la santa Iglesia católica. Amen.

Ave María Purísima.
Sin pecado original concebida. Amén.

TERCER DÍA DEL TRIDUO

ORACIÓN INICIAL PARA CADA DÍA:

Acuérdate, !oh piadosísima Virgen María!, que jamás se ha oído decir que ninguno que recurriese a tu patrocinio e implorase tu socorro haya sido desamparado. Animado de esta confianza vengo a ti, me refugio en ti, yo pecador  gimo delante de ti, no quieras, ¡oh Madre de la Palabra eterna!, despreciar mis oraciones, mas óyelas favorable y haz lo que te suplico.  Amén. (San Bernardo de Claraval)

DÍA TERCERO:
Oración de San Anselmo (1033-1109). Doctor de la Iglesia.

No son para contar, Reina clementísima, los que, habiendo invocado tu nombre, han conseguido la eterna salvación; ¿y quieres que, invocándote yo, sea defraudado en mis esperanzas? Tal vez no oyes mis clamores en razón de mi gran maldad; pero, aun así, no dejaré de llamarte y de decirte con toda el alma: pues eres tan noble y benigna de condición, da oídos a quien humildemente llama a tus puertas y no le desatiendas en sus esperanzas, ni le abandones en su tribulación, ni le dejes sin una palabra de perdón en medio de su pecado. Sana con tus celestiales medicinas las profundas heridas en mi alma abiertas, desátame de los carnales lazos que me aprisionan en la tierra y abrígame siquiera con un jirón del espléndido manto de tu gloria. Amén.

PETICIÓN E INVOCACIONES :
Se hace la petición y se rezan invocaciones siguientes, seguidas cada una de un Avemaría.

Madre del Santo Rosario en todos los instantes de mi vida acuérdate de mí, pobre pecador. Avemaría.
Reina del Santo Rosario, se mi amparo y defensa en las tentaciones de mis enemigos. Avemaría.
Abogada mía y Refugio mío, por el rezo del Santo Rosario ampárame en el trance de la muerte y ábreme las puertas del cielo. Ave María.

ORACIÓN FINAL PARA CADA DÍA:

¡Oh santísima Señora, excelentísima Madre de Dios y piadosísima Madre de los hombres! Después de Dios, tú eres la única esperanza de los pecadores y la mayor confianza de los justos. La Iglesia te llama vida, dulzura y esperanza nuestra, y todos los pueblos ponen en ti sus ojos, esperando de ti todas las gracias. Nosotros también, dulce abogada, acudimos a ti en estos días, instándote para que nos oigas y concedas las gracias que te pedimos. Danos, en primer lugar, un amor sincero a tu divino Hijo, observando su santa ley cristiana; alcánzanos también la salud del cuerpo y la serenidad del espíritu, la paz en la familia y la suficiencia de medios para la vida; concédenos, en fin, una santa muerte en la santa Iglesia católica. Amen.

Ave María Purísima.
Sin pecado original concebida. Amén.

Este Triduo ha sido elaborado por un servidor fusionando varios de los que ya han sido aprobados por la Iglesia con la idea de hacerlo más accesible y al alcance de muchos..

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