viernes, 14 de octubre de 2016

«¡RECEMOS EL ROSARIO!»... Una forma sencilla de orar


Rezar el rosario, si se reza entero, con todo y letanías, se lleva un tiempo más o menos de 20 minutos. El modo de rezarlo requiere un ligero aprendizaje. Hay quienes preguntan si es necesario rezar el rosario entero. Claro que es mejor rezarlo completo, con sus cinco misterios, pero puede comenzarse por rezar sólo un misterio o dos o rezar una parte en familia y el resto de manera personal. La recitación de los misterios es bastante fácil; cada día hay cinco misterios que según el día reciben nombres diferentes y cada misterio se reza así: un padrenuestro, diez avemarías y un gloria. Se pueden hacer jaculatorias entre cada misterio.

MODO DE REZAR:

1. INTRODUCCIÓN.

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Jesús, mi Señor y Redentor, yo me arrepiento de todos los pecados que he cometido hasta hoy, y me pesa de todo corazón, porque con ellos ofendí a un Dios tan bueno.
Propongo firmemente no volver a pecar y confío que por tu infinita misericordia me has de conceder el perdón de mis culpas y me has de llevar a la vida eterna. Amén

- Señor abre mis labios,
- y mi boca proclamará tu alabanza.

- Dios mío, ven en mi auxilio,
- Señor, date prisa en socorrerme.

- Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
- Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

2. LOS CINCO MISTERIOS.

Los lunes se rezan los misterios gozosos:

La Encarnación.
La Visitación de Nuestra Señora a su prima Santa Isabel.
El Nacimiento del Hijo de Dios en Belén.
La Purificación de Nuestra Señora.
El Niño perdido y hallado en el Templo.

Los martes se rezan los misterios dolorosos:

La oración en el huerto.
La flagelación del Señor.
La coronación de espinas.
La Cruz a cuestas.
Jesús muere en la Cruz.

Los miércoles se rezan los misterios gloriosos:

La Resurrección del Señor.
La Ascensión del Señor.
La venida del Espíritu Santo.
La Asunción de Nuestra Señora.
La Coronación de María Santísima.

Los jueves se rezan los misterios luminosos:

El Bautismo del Señor.
Las bodas de Cana.
El anuncio del Reino de Dios.
La Transfiguración del Señor.
La institución de la Eucaristía.

Los viernes se rezan los misterios dolorosos.

Los sábados se rezan los misterios gozosos.

Los domingos se rezan los misterios gloriosos.

Después de enunciar cada misterio se reza un padrenuestro, diez avemarías y el gloria.

Después de cada misterio se puede añadir una jaculatoria:

«Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu misericordia.»

«María, Madre de Gracia, Madre de misericordia, en la vida y en la muerte, ampáranos gran Señora».

«Mi corazón en amarte eternamente se ocupe, y mi lengua en alabarte Madre Mía de Guadalupe».

Y se continúa con el siguiente misterio.

Al terminar los cinco misterios se reza la Salve.

3. LA SALVE.

Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra; Dios te salve. A Ti llamamos los desterrados hijos de Eva; a Ti suspiramos gimiendo y llorando, en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos; y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce siempre Virgen María!

Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.  Amén.

4. LAS LETANÍAS (Estas son opcionales, si no se rezan se pasa el número 5).

Al terminar los cinco misterios se rezan tres avemarías especiales, así:
Dios te salve, María, Hija de Dios Padre, llena eres...
Dios te salve, María, Madre de Dios Hijo, llena eres...
Dios te salve, María, Esposa de Dios Espíritu Santo, llena eres...

- Señor, ten piedad.
- Señor, ten piedad.

- Cristo, ten piedad.
- Cristo, ten piedad.

- Señor, ten piedad.
- Señor, ten piedad.

- Cristo, óyenos.
- Cristo, óyenos.

- Cristo, escúchanos.
- Cristo, escúchanos.

- Dios Padre celestial,
- . . . ten misericordia de nosotros. (Y esta respuesta se repite a continuación).
- Dios Hijo, Redentor del mundo,
- Dios Espíritu Santo,
- Trinidad Santa, un solo Dios,

- Santa María,
- . . . ruega por nosotros. (Y esta respuesta se repite después de cada alabanza a María).
- Santa Madre de Dios
- Santa Virgen de las vírgenes
- Madre de Cristo
- Madre de la Iglesia
- Madre de la misericordia
- Madre de la divina gracia
- Madre de la esperanza
- Madre purísima
- Madre castísima
- Madre virginal
- Madre sin corrupción
- Madre inmaculada
- Madre amable
- Madre admirable
- Madre del buen consejo
- Madre del Creador
- Madre del Salvador

- Virgen prudentísima
- Virgen digna de veneración
- Virgen digna de alabanza
- Virgen poderosa
- Virgen clemente
- Virgen fiel

- Espejo de justicia
- Trono de sabiduría
- Causa de nuestra alegría
- Vaso espiritual
- Vaso digno de honor
- Vaso insigne de devoción
- Rosa mística
- Torre de David
- Torre de marfil
- Casa de oro
- Arca de la alianza
- Puerta del cielo
- Estrella de la mañana
- Salud de los enfermos
- Refugio de los pecadores
- Consuelo de los migrantes
- Consuelo de los afligidos
- Auxilio de los cristianos

- Reina de los Angeles
- Reina de los Patriarcas
- Reina de los Profetas
- Reina de los Apóstoles
- Reina de los Mártires
- Reina de los Confesores
- Reina de las Vírgenes
- Reina de todos los Santos
- Reina concebida sin pecado original
- Reina elevada al cielo
- Reina del Santísimo Rosario
- Reina de la familia
- Reina de las misiones
- Reina de la paz

- Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo,
- perdónanos, Señor.

- Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo,
- escúchanos, Señor.

- Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo,
- ten misericordia de nosotros.

Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios: no desprecies las súplicas que te dirigimos en nuestras necesidades, antes bien, líbranos siempre de todos los peligros, Virgen gloriosa y bendita.

5. ORACIÓN FINAL:

Te rogamos Señor, nos concedas gozar de perpetua salud de alma y cuerpo, y por la gloriosa intercesión de la bienaventurada siempre Virgen María, nos veamos librados de las tristezas presentes y gocemos de la eterna alegría. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

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